En enero ha habido dos donantes, los mismos que en todo 2018

I.Camarero Jiménez
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El coordinador de transplantes en Ávila, Gabriel Bello, destaca que son más los abulenses que donan, pero por diferentes motivos lo hacen en otros hospitales que no son de la provincia

En enero ha habido dos donantes, los mismos que en todo 2018 - Foto: Diario de Ávila David Castro

En tan sólo una semana de enero, entre el día 14 y el 20 de este 2019 los donantes de órganos en Ávila han igualado a todos los de 2018. No se puede echar las campanas al vuelo en el sentido en que sólo se han registrado dos (en uno y otro periodo), pero dentro de lo que supone esta información siempre tiene su interpretación en positivo y es que esos donantes (que por desgracia han fallecido), casi con toda seguridad salvarán vidas o mejorarán la calidad de vida de quien tiene un lugar en las listas de espera.

Hace escasas fechas, la ministra de Sanidad María Luisa Carcedo  hacía balance de la actividad de la Organización Nacional de Transplantes (ONT) en 2018. Un balance cuya principal conclusión es que España sigue siendo líder mundial en donación y también en transplantes. Es por eso que hemos querido hacer un repaso de lo que ocurre en Ávila al respecto y de la mano de quien más sabe del tema, Gabriel Bello, coordinador de transplantes del Complejo Asistencial y quien lo primero que quiere transmitirnos es su agradecimiento a los donantes y también a sus familiares. 

Hay una pregunta clave y es por qué tan pocos donantes y una respuesta clara: no sólo son dos los donantes que ha habido en Ávila porque cada año hay bastantes  más abulenses cuyas familias deciden donar los órganos de quien ha fallecido, pero eso ocurre en otros hospitales, fuera de Ávila. «Suele haber cada año entre cinco y siete abulenses que donan fuera de Ávila, sobre todo en Salamanca», cuenta el doctor.

El principal motivo de que esto ocurra es que el hospital de Ávila está catalogado como de Tipo III y en ese sentido no cuenta con ciertas especialidades tales como neurología o neuroradiología intervencionista. Y aquí va la explicación: para que ocurran donaciones de órganos, de momento el hospital de Ávila sólo tiene autorizado el supuesto de muerte cerebral y precisamente por no tener neurología y neuroradiología es complicado que esa muerte cerebral se produzca en Ávila. Hace ya tiempo que para salvar vidas y ante una lesión cerebral los casos más graves se derivan al hospital de Salamanca. Relata Bello que en general a todos los pacientes se les intenta trasladar, pero algunos tiene un daño cerebral muy evolucionado y el tratamiento en Salamanca o Valladolid no sería efectivo.

De ahí que esta circunstancia derive en otra muy interesante y es que la mayor parte de los donantes que lo han sido en el hospital de Ávila sean mayores, rondando los 80 años. De hecho en 2017 la media de edad de los donantes se quedó en 78,8 años y un año después se ha quedado en los 76, explica el coordinador.

Lejos queda aquella visión de que los donantes eran personas jóvenes con traumatismos craneoencefálicos producidos en accidentes de tráfico (ahora sólo el 3,8% de esos donantes nacionales perdieron la vida en accidente de carretera).Ahora las cosas han cambiado y mucho, gran trabajo han hecho los cambios en seguridad vial y mucho más la ley de tráfico por la cual si te ‘cazan’ ebrio vas a prisión.

Lo que sucede en la actualidad y más en Ávila es que cada vez más donantes lo son después de sufrir un accidente vascular, tipo ictus o infarto cerebral, relata el coordinador de transplantes. Además en nuestra provincia se producen picos al respecto, están «muy relacionados con los cambios de presión y este tipo de accidentes vasculares se dan sobre todo en primavera y otoño».

Como decíamos Ávila tiene autorización para las donaciones en muerte cerebral y está a la espera de que el Comité de Ética del Hospital decida la autorización también en asistolia tipo III de Maastrich, esto es «a corazón parado», que a nivel nacional está ganando muchas donaciones en detrimento de las que se producen por muerte cerebral y que precisamente es lo que nos permite crecer para seguir siendo líderes mundiales. Estiman que «es el futuro» y de hecho han crecido en el país un 10% en el último año hasta sumar 629 donantes. Gabriel Bello cree que es probable que este mes de febrero el comité decida al respecto.

Volviendo a la edad media de los donantes, el caso de Ávila es significativo por la elevada edad cercana a los  80 años, pero a nivel nacional las cosas no difieren mucho más, de hecho el 57% del total de donantes supera los 60 años, el 31%, los 70 y un 9% los 80. La edad máxima de un donante efectivo se sitúa en los 91 años. De hecho, sólo el 14% de los donantes era menor de 45 años. Y entre 45 y 59 años supusieron en torno al 28,8%.