Seguimiento «masivo» en los paros en CaixaBank

B.M
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La huelga prevista para el miércoles queda en suspenso al ampliarse el periodo para negociar. Los sindicatos buscan dejar atrás una propuesta inicial que significaba 61 despidos de los 240 trabajadores en Ávila

Seguimiento «masivo» en los paros en CaixaBank - Foto: Isabel García

Las medidas de protesta ante el ERE en CaixaBank se verán frenadas de momento al haberse ampliado el periodo de negociaciones que, en principio, terminaba el día 10 de junio. Esto supone que la huelga prevista para este miércoles, que estaba acompañada de concentraciones, no se llevará a cabo hasta ver cómo se van desarrollando estas negociaciones con la empresa y a la espera por parte de los sindicatos de que se varíe la propuesta inicial. 

Se trata de una propuesta que en Ávila, donde hay 240 trabajadores entre Bankia y CaixaBank, incluyendo los pueblos, estaban planteados 61 despidos. Una cifra, explica José Luis Herráez, secretario de Acción Sindical UGT CaixaBank Castilla y León, que resulta «inadmisible e inasumible con la carga de trabajo, que se va a duplicar con el sumatorio de clientes de Bankia y CaixaBank. Amortizar tantos puestos de trabajo es absurdo cuando la carga de trabajo hay que hacerla sí o sí».

Según explica el representante de UGT, hubo un «seguimiento masivo» del paro de una hora (de 11,00 a 12,00 horas) que se planteó este lunes y con una muy buena respuesta en la provincia, la región y a nivel nacional, llegando a un 85 por ciento de la plantilla. Esto les lleva a ver que los «compañeros están concienciados, conscientes de la gravedad de la situación» por lo que desde la acción sindical se sienten «amparados por ellos». 

Era el segundo paro después del que tuvo lugar el día 2 de junio de media hora, también con mucho seguimiento, y eran protestas que se habían planteado ante «una posición inicial de la empresa que es inasumible». Sin embargo, ahora tienen el escenario de que las negociaciones se amplían hasta el 29 de junio dejando atrás ese fin del día 10 que, sin acuerdo, suponía que la empresa pusiera condiciones de forma unilateral. Con la «buen fe» que se ve en la prorroga, ellos frenan las medidas de protesta y verán cómo se desarrolla esta negociación en la que esperan que sean «coherentes tras una propuesta inicial ridícula, inasumible».

Lo que ellos buscan es un «cambio de escenario» donde los sindicatos tienen su principal línea roja en que las salidas de la empresa sean «realmente voluntarias «y la gente que se vaya, principalmente con prejubilaciones, lo haga con unas «condiciones dignas». Hay además otras condiciones que se tienen que tocar en la negociación, como la movilidad geográfica o las condiciones sociales dado que «no hay  devastar» la estructura de los que se queden.

Y hay un tercer punto que se pide a la entidad y es que, teniendo en cuenta que hay empleados de diferentes procedencias, haya una «homologación de las condiciones» de los trabajadores.