Desde las cumbres de Gredos, la llanura, valles y sierras

P.R.
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El turismo ornitológico es en estos momentos una gran herramienta de desarrollo local, defiende Jorge Leonor, coordinador de Seo-Birdlife en Ávila

Desde las cumbres de Gredos, la llanura, valles y sierras

Recuerda Jorge Leonor, coordinador del grupo local e SEO-BirdLife  de Ávila que el ornitológico es un tipo de turismo cuya motivación principal es la observación de las aves y el conocimiento de los hábitats donde están presentes y constituye una opción alternativa a otros tipos de turismo. Y aporta también una idea fundamental que puede ser esencial para el futuro. Además, sostiene que, precisamente en los momentos que estamos viviendo se convierte en una importante herramienta de desarrollo local. «Dentro de este turismo ornitológico nuestro país es uno de los principales enclaves para la observación de aves por su situación intermedia entre las zonas del centro- norte de Europa y el norte del continente europeo. Tiene, por otra parte,  una ubicación estratégica para la migración con el efecto embudo del Estrecho de Gibraltar por donde cruzan decenas de miles de aves europeas».

Gran conocedor del paisaje abulense y sus moradores, sostiene que nuestra provincia tiene un gran potencial en este turismo. Comenta en este sentido que  contamos entre nuestra avifauna con varias especies muy buscadas por los ornitólogos y observadores de aves en otros tantos hábitats muy interesantes que ahora vamos a recorrer en su búsqueda.

Así indica que «las sierras de altas cumbres son uno de los hábitats más reconocibles de nuestra geografía abulense desde la imponente Sierra de Gredos hasta la humilde (pero preciosa) Sierra de Ávila, pasando por la Paramera o la Serrota. Y en ellas hay un protagonista principal. Es el pajarillo más buscado por los observadores de aves. Cuando la primavera se asienta y los piornos se tiñen de amarillo los machos de Ruiseñor Pechiazul (Luscinia svecica) se muestran en los alto de las ramas enseñando su preciosa medalla azul». 

También defiende que en otros territorios provinciales como son las sierras, pero puntualiza que esta vez en los prados encharcados, «podemos descubrir a uno de los emblemas de la ornitología abulense pues casi la totalidad de las parejas ibéricas reproductoras se acantonan en este hábitat. La Agachadiza Común (Gallinago gallinago) es un limícola con un espectacular vuelo nupcial que pone sonido a la primavera montana».

Dejando las altas cumbres y entrando en algunos de los valles abulenses Jorge Leonor destaca  otra gran riqueza de esta provincia, el más grande de los habitantes alados de nuestra avifauna. «En uno de los más bellos valles del Sistema Central, el de Iruelas, podemos encontrar una de las mejores colonias de cría de Buitre Negro (Aegypius monachus) de toda la Península llenando el cielo con sus imponentes siluetas».

Pero destaca también la presencia en algunos de estos valles y prácticamente en cualquier masa arbórea de la provincia, al emblema de la ornitología ibérica. El Águila Imperial Ibérica (Aquila adalberti) «es una rapaz exclusiva de los cielos de la Península que en tierras abulenses está bien representada en toda su geografía», señala con cierto orgullo.

En el recorrido por la provincia llegamos a las zonas húmedas, que según el coordinador del grupo local de Seo en Ávila tienen un enorme potencial para el turismo. En el caso concreto de la provincia de  Ávila hay dos puntos clave para disfrutar de las aves que crían, migran o invernan en estos hábitats: la laguna de El Oso y el pantano del Rosarito. «En ambos humedales podemos disfrutar de dos de dos protagonistas de la invernada en nuestras latitudes. Grandes bandos de Grullas Comunes (Grus grus) y Ánsares Comunes (Anser anser) los utilizan bien como parada hacia sus zonas de invernada o bien para pasar los meses fríos. Con ellos se pueden observar miles de aves entre anátidas, garzas, limícolas o paseriformes».

Pero defiende también Jorge Leonor que además de observar y disfrutar de las aves y sus hábitats es imprescindible la conservación de ambos. «Para ello –afirma– es fundamental el papel de las organizaciones conservacionistas que con su trabajo, llevado a cabo de manera voluntaria en muchos casos, promueven ese respeto por lo que nos rodea. Y lo hacemos a través de actividades de concienciación, censos, recogida de basura, etc.»