Mañueco compromete un Gobierno «cercano y cómplice»

S. González
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El presidente de la Junta asegura que «el compromiso con esta tierra está por encima de cualquier cosa», por lo que ofrece su lealtad al Ejecutivo central sin olvidar las reivindicaciones

El salmantino Alfonso Fernández Mañueco interviene en su primer discurso tras jurar su cargo como presidente de la Junta de Castilla y León - Foto: Ical

El presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, garantizó ayer un «Gobierno cercano y cómplice con la gente», a través de instrumentos como la lealtad, la honradez, el esfuerzo y el compromiso, que «serán las señas de identidad de nuestro Gobierno». Asimismo, insistió en reclamar el compromiso de todos con la Comunidad porque «esta tierra está por encima de cualquier otra cosa».

Mañueco juró a mediodía de ayer el cargo como séptimo presidente de la Junta de Castilla y León en presencia de los miembros de la Mesa de las Cortes, encabezada por su presidente, Luis Fuentes, y con la asistencia de la ministra en funciones de Industria, Comercio y Turismo, la vallisoletana Reyes Maroto, en representación del Gobierno central.

El nuevo presidente autonómico estuvo arropado por la plana mayor del Partido Popular, encabezada por el presidente, Pablo Casado, y el expresidente Mariano Rajoy. También acudieron la exvicepresidenta del Gobierno Soraya Saénz de Santamaría, la exministra de Agricultura y diputada vallisoletana Isabel García Tejerina, así como los presidentes de Andalucía, Juan Manuel Moreno Bonilla, y de Madrid, Pedro Rollán.

Mañueco agradeció en su discurso la labor de «construcción de la Comunidad» realizada por los expresidentes socialistas de la Junta, Demetrio Madrid y Constantino Nalda, así como el trabajo y la confianza depositada por los expresidentes populares Juan José Lucas y Juan Vicente Herrera. Todos ellos estuvieron presentes en el relevo, que solo contó con la habitual ausencia de Aznar.

Antes de que jurara el cargo, el presidente de las Cortes, Luis Fuentes, abrió la jornada deseando a Fernández Mañueco suerte, que tenga un buen criterio y decisiones acertadas en un acto que «simboliza el impulso definitivo de la décima legislatura», en una etapa con un Gobierno de coalición entre Partido Popular y Ciudadanos.

Mañueco, que se emocionó al final de su intervención al acordarse de sus padres, dos personas que «marcaron» su vida y no están, afirmó que asume el cargo desde la «convicción, la entrega y la humildad». En presencia de la ministra vallisoletana Reyes Maroto, el presidente aseguró que la Junta será leal con el Gobierno de la nación pero «exigente» en los retos que de manera conjunta deben afrontar.

Colaboración

Entre las reivindicaciones que enumeró Mañueco se detuvo expresamente en un nuevo modelo de financiación autonómica que tenga en cuenta las singularidades de Castilla y León, la consecución de las infraestructuras que la vertebran, la defensa de la agricultura en Europa y el reto demográfico.

«Hago un llamamiento a todas las personas de esta tierra, se encuentren donde se encuentren» para sentir la cercanía de la Comunidad, indicó. El presidente resaltó que se «inaugura una nueva etapa en Castilla y León» con un Gobierno de transformación que empleará el diálogo y el consenso con todas las fuerzas que consideren que «el compromiso con esta tierra está por encima de cualquier otra cosa».

Fernández Mañueco, como en su discurso de investidura, ofreció diálogo político, institucional, social y con representantes del tejido asociativo desde un Gobierno de transformación, moderado, sobre el que prometió cercanía y complicidad con la gente para alcanzar la prosperidad de los castellanos y leoneses, el gran objetivo del próximo Ejecutivo autonómico «por encima de cualquier otro».

El presidente de la Junta ratificó su compromiso personal y de su futuro Gobierno con la Comunidad y con la unidad de España, con el «orgullo de sentirse tan castellano y leonés como español». «Castilla y León no se entiende sin España, y España no se entiende sin Castilla y León», defendió.

En lo que calificó como el «momento político más importante» de su vida, apostó por hacer «más atractiva» la Comunidad para la inversión, por la mejora de los servicios públicos y por un reconocimiento y puesta en valor de la vida en los pueblos en un territorio rural con 2.248 municipios, según informa Ical.

Agradecimientos

Fernández Mañueco, que quiso recordar a Miguel Ángel Blanco asesinado por ETA hace 22 años, inició su breve discurso con el recuerdo a todos los presidentes que le han precedido, como los socialistas Demetrio Madrid y José Constantino Nalda, a los que alabó, porque, al margen de ideologías, tuvieron una labor en la construcción de Castilla y León y en un momento en que «despuntó» su vocación política, en 1983.

Igualmente, agradeció a Juan José Lucas que le diera sus primeras oportunidades y a Juan Vicente Herrera su «entrega y vocación de servicio». «Ha sido un honor y un privilegio trabajar a tu lado durante estos años», confesó. 

También se dirigió a Pablo Casado, su «presidente», y a Mariano Rajoy por su «altura política y sentido de estado en momentos cruciales para España», ambos presentes en el acto, al igual que Juan Manuel Moreno y Pedro Rollán, presidentes de Andalucía y Madrid, para quienes también tuvo palabras de admiración y afirmó que es necesaria una mayor colaboración con la vecina Comunidad de Madrid.

Alfonso Fernández Mañueco cocnluyó su primer discurso en el hemiciclo de las Cortes como presidente de la Junta con una cita de Pablo Neruda: «Queda prohibido no sonreír a los problemas, no luchar por lo que quieres, abandonarlo todo por miedo, no convertir en realidad tus sueños». «Hagamos realidad los sueños de la gente, sus aspiraciones y anhelos. Hagamos de esta tierra la mejor para vivir», remató el nuevo jefe del Ejecutivo autonómico, que dará a conocer su Gobierno en los próximos días.