Combate nulo

A.S.G.
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Félix y Txemi, inéditos. Real Ávila y Barakaldo firmaron tablas en un encuentro demasiado encorsetado en el que ninguno de los equipos se prodigó en ataque • Un balón de Eneko al travesaño, la mejor ocasión del partido

Real Ávila y Barakaldo firmaron tablas en un encuentro demasiado encorsetado. - Foto: David Castro

Real Ávila, 0

 

Barakaldo, 0

Félix

Josito

Fran

Javi

José María

(Tirso, 45’)

Iván Cabezudo

Trujillo

Peña

Chiqui

(Piru, 72’)

Emilio

(Pito, 79’)

Gustavo

  Txemi

Goiría

Alberto

Ariño

Basagoiti

Mentxaka

(Etxabe, 84’)

Garrido

Camino

Eneko

Eraña

(Rubén, 63’)

Txutxi

(Andoitz, 61’)

Goles

Sin goles

Árbitro

Moreno Aragón (Madrid). Mostraron tarjetas amarillas a los locales Javi, Trujillo, Chiqui y Piru, y a los vizcaínos Goiría, Basagoiti y Txutxi

Incidencias

Encuentro de ida de las semifinales a Segunda B, disputado en el Adolfo Suárez ante aproximadamente 3.500 personas

Lasesarre decidirá la eliminatoria. Será el escenario el próximo fin de semana de la vuelta de un choque que en el Adolfo Suárez se permitió pocas alegrías. El campo encarnado no sirvió para decantar hacia ninguno de los dos bandos el ni el duelo ni la eliminatoria. Pudo hacerlo Eneko para los gualdinegros de no haberse encontrado con el larguero cuando el Real Ávila disfrutaba de sus mejores minutos y el crono indicaba ya el camino hacia los vestuarios. Hubiera sido un castigo furibumdo para un equipo que hizo un ejercicio de despliegue físico y defensivo, propio de quien no quiere encajar un gol en casa, pero que lo hizo en detrimento de lo ofensivo. Renunció a sus virtudes, las mismas que le han llevado al punto en el que se encuentra, quizá tras sobrevalorar a un rival que en lo defensivo fue lo esperado pero que careció de la pegada que sí tuvo para eliminar al Parla. Aunque para ser justos, tampoco la tuvo el Ávila.

Ni Félix y Txemi tuvieron que esforzarse en un partido de esos que gustan más a los técnicos que a los aficionados. Fue un ejercicio de pizarra. El Ávila, pese a estar ante su público, se amoldó a su rival. Pesó en exceso el deseo por mantener viva la eliminatoria. Y todo hay que decirlo, lo logró, aunque a costa de sacrificar algunas piezas.

El Real Ávila apostó por blindar su centro del campo. Diezma confirmó su esperado ‘Plan B’. Volvió a prescindir de Pito - como ante el Tuilla en El Candín - para volcar a Cabezudo en banda y dar entrada a Trujillo junto a Chiqui. Perdió profundidad el equipo. El ‘6’ cumple sobre la línea de cal, pero poco más. Sin espacios su fútbol se resiente. Tampoco los encontró Peña, demasiado inédito.  

El partido tuvo más de emoción por el escenario - semifinales de ascenso a Segunda B - y nombre de los contendientes que por fútbol. No lo puso el Real Ávila, que tiró de oficio, pero tampoco el Barakaldo, que confirmó sus prestaciones en defensa pero dejó una seria incógnita en las ofensivas. Eneko, autor de la mejor de las ocasiones del partido, fue el único que supo lo que hacer con el cuero cuando el partido se desequilibró hacia su lado. Hasta entonces fue un mero invitado cuando las transiciones evitaban los dominios donde se gesta el buen fútbol.

El Barakaldo cerró filas y apuró los metros hasta la extenuación. El objetivo, ante todo, era no recibir.  Camino quedó como una isla en el centro del ataque. Dio muestras de ‘9’ peleón. A la brega enseñó sus primeras cartas, pero Javi y José María - que acabó lesionado al despejar un balón - secaron bien las embestidas del ‘9’ gualdinegro, demasiado solo en el esquema de Zurimendi, que empotró su centro del campo con la defensa.

No sufría el Ávila. Tampoco lo hizo el Barakaldo. Sin metros ni espacios el Ávila se estrellaba contra los dominios de Ariño y Basagoiti, bien ayudados por Garrido, a veces tercer central. Sin embargo el paso de los minutos acabó por mostrar los huecos que tanto necesitaba el Ávila. Emilio y Gustavo buscaron la combinación en una contra con visos de peligro - minuto 24 - pero el balón tropezó entre demasiadas piernas. Mejor camino encontró Gustavo un minuto después cuando de un gran pase suyo surgió la figura de Peña, que burló la sombra de Ariño. Txemi salió bien de la cueva para taparle cualquier hueco. Pero sería Emilio, de cabeza, quien levantó a la grada cuando, a centro de Cabezudo desde la zona de córner, mandaba el balón a las proximidades del poste. Volvería el vallisoletano a probar fortuna desde lejos - minuto 35 - pero mandaría el cuero fuera.

Eran los mejores minutos de un Ávila que, sin generar demasiado peligro, ganaba a los puntos a un Barakaldo demasiado pobre en ataque, aunque siempre con la sensación de poder dar un susto serio. Emilio, más delantero que centrocampista, volvió a buscar de cabeza, en el segundo palo, un centro de Gustavo. Todo recordó al 1-1 con el que Peña arrancó la remontada ante el Tuilla. De nuevo Gustavo como asistente, esta vez Emilio como rematador, pero la defensa vizcaína es de otro material a la dinamitera y despejó sin problemas.

Y el susto pudo llegar al borde del descanso. Hubiera sido injusto. A Eneko le sonrió y le dio la espalda la suerte en la misma jugada. Desvió un disparo sin oficio ni beneficio cuando la defensa encarnada despejaba un córner. Se estrelló el balón en el larguero ante la incredulidad de unos y otros. De haberse materializado el golpe hubiera sido de dimensiones considerables.

Con la entrada de Tirso - que confirmó su poca confianza durante la semana en ser titular - por José María se abría una segunda mitad en la que el Ávila pareció salir con más brío. Gustavo y Emilio volvieron a probar suerte en un par de contras bien entrelazadas que murieron en el balcón del área, la misma zona donde Chiqui tuvo en sus botas un disparo franco - minuto 50 - pero la falta de confianza le hizo reconsiderar la opción y la oportunidad, que acabaría en fuera de juego. Sería la última ocasión en la que el Ávila se acercaría con cierto peligro a las proximidades de Txemi. A partir de entonces el encuentro y el balón fue del Barakaldo. Perdió fuerza el Real Ávila, que no la encontró en los cambios. Tampoco la necesitaría. La falta de puntería de Camino, a remate de cabeza - minuto 56 - cerraría cualquier ocasión antes de poner el punto y final a un 0-0 inesperado pero que deja todo demasiado abierto.