Las melodías y colores de nuestras aves urbanas

VICENTE GARCÍA
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Los entornos rurales son ideales para contemplar aves, porque existen especies que interactúan entre el campo y los núcleos de población.

Colirrojo tizón macho con una araña en el pico - Foto: VICENTE GARCIA

La llegada de la primavera significa un resurgimiento de la naturaleza y un renacimiento de la vida tanto en el campo como en los núcleos rurales. A pesar de que en algunas ocasiones los centros urbanos y edificios de pueblos y ciudades no parecen ser muy aptos para la vida animal, muchas aves confirman una interesante excepción ya que han sabido adaptarse a convivir con el hombre e incluso a sacar provecho de esta circunstancia. 

Las más conocidas por su espectacular tamaño siempre han sido las cigüeñas, dueñas de espadañas y campanarios, que se han visto desplazadas a anidar en árboles al haberlas dificultado la construcción de sus nidos mediante cables de acero y pinchos para disuadirlas, pero también debido a un incremento poblacional que les hace buscar otros lugares donde criar.

Mucho menos visibles son las aves más pequeñas, pero existen unas cuantas que demuestran que un entorno urbano, si se cuida, puede contener mucha naturaleza en su interior.

Hembra de colirrojo tizón llevando alimento en el picoHembra de colirrojo tizón llevando alimento en el pico - Foto: VICENTE GARCIAPrecisamente SEO/BirdLife acaba de firmar un convenio con Urbaser para fomentar la conservación de la Biodiversidad en zonas verdes urbanas.

En primavera los vuelos, los cánticos y los colores llenan los tejados, el cielo, y las ramas de los árboles con cientos de pequeñajos cantando a la primavera.

Vencejos, golondrinas, aviones son los reyes de los cielos urbanos, aunque con una notable diferencia tanto en la forma de volar como en la de establecer sus nidos.

El jilguero es un gran especialista en extraer las semillas de los cardosEl jilguero es un gran especialista en extraer las semillas de los cardos - Foto: VICENTE GARCIASobre los tejados y en suelo, sin miedo al ser humano pero siempre precavidos, los gorriones comunes  se atreven a picotear a nuestro alrededor. El macho muestra su babero negro que le distingue fácilmente de la hembra.

El mirlo, de mayor tamaño y fácilmente distinguible por su constante correteo, que intercala con saltos, siempre está buscando lombrices y todo tipo de larvas entre los céspedes y hojarasca; a veces se le puede observar con el pico repleto de comida lista para ser llevada al nido.

 Sobre los tejados, una especie cercana: el estornino negro o pinto, según la época, conocido como «el gran imitador» capaz de cantar como un jilguero, una codorniz o un ruiseñor.

Pardillo en busca de vilanos de chopos para aportar al nidoPardillo en busca de vilanos de chopos para aportar al nido - Foto: VICENTE GARCIAAl mencionar al jilguero, visible en campos, pero también en parques y jardines se fusiona el color y los trinos en todo un espectáculo tanto para la vista como para el oído del observador.

Carboneros, pardillos, colirrojos tizones, lúganos, verdecillos, verderones, herrerillos, papamoscas parecen diminutos cuando las enormes palomas zuritas, en expansión, las bravías, algo más pequeñas, o las tórtolas turcas, también visibles en núcleos urbanos, se posan a su lado.

Pero esto es sólo una pequeña muestra de la gran diversidad biológica que puede encontrarse también en la urbe. Si tenemos la suerte de que pasa algún río o arroyo cerca del casco urbano, la variedad y calidad se multiplica exponencialmente, sobre todo si el agua no está contaminada y no huele mal.

(Reportaje completo en la edición en papel y suscripción digital)

QUERCUS en Junio.- Protagonismo tienen también las aves en la revista Quercus correspondiente al mes de junio, donde un curioso reportaje indica cómo los vientos alisios permitieron a los halcones de Eleonor colonizar el archipiélago canario; también esas corrientes impulsan hasta allí a las aves migratorias de las que se alimentan durante la época de cría. El cambio en los patrones de estos vientos como consecuencia del cambio climático podrían amenazar esta asombrosa sincronización entre la reproducción de los halcones y la migración de sus presas. También las pardelas cenicientas, al igual que otras aves marinas aprovechan estos flujos para efectuar sobre ellos las rutas migratorias seguidas desde tiempo inmemorial; un reportaje sobre los vientos alisios y su influencia en barcos de vela y aves migratorias nos introduce en esta «convergencia adaptativa» de humanos y aves.

Páginas interiores y portada de Quercus de JunioPáginas interiores y portada de Quercus de Junio - Foto: QuercusDe aves y venenos también nos informa Quercus en su apartado actualidad con la condena penal en el caso de veneno más grave de Madrid, entre cuyas víctimas se encontraron un buitre negro marcado por gps y seis milanos reales.

Pero la revista decana ambiental nos ofrece mucha más información como la protección de la amenazada lapa ferruginosa, o las martas insulares que gozan del aprecio de los naturalistas ya que su presencia es muy antigua.

El oso, el armiño y el meloncillo, también aparecen en este número primaveral ya que fue en junio, hace cincuenta años se prohibió en España la caza de los tres. Desde las páginas de la revista realizan un recorrido por su historia, antecedentes de la protección legal, y la situación actual en la que se encuentran, especialmente la del meloncillo que en algunos lugares ha pasado de ser especie protegida a proscrita.

Quercus también en internet: www.revistaquercus.es