La Virgen vuelve a su 'casa' pensando ya en mayo

E.Carretero
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Nuestra Señora de las Vacas regresó a su ermita desde la iglesia de San Pedro en una salida extraordinaria con motivo de la festividad de la Inmaculada Concepción

La Virgen vuelve a su 'casa' pensando ya en mayo

La Virgen de las Vacas volvió a procesionar este miércoles, fiesta de la Inmaculada Concepción, de vuelta en este caso a su ermita y desde la iglesia de San Pedro, a la cual pertenece el Patronato y donde había sido trasladada el pasado domingo en una salida extraordinaria y para presidir la Vigilia de la Inmaculada durante la noche previa a esta festividad, en una oración que estuvo presidida por el obispo de Ávila, José María Gil Tamayo. «Después de dos años nos hacía mucha ilusión; era la oportunidad de que saliera», apuntaba Francisco López, tesorero del Patronato, al hablar de esta salida excepcional para la Virgen de Las Vacas que aunque normalmente sí celebra la festividad de La Inmaculada lo hace en su ermita y con un besamanos. 

Ésta era una procesión muy esperada por los fieles de Las Vacas al ser la primera vez que la Virgen salía de su ermita desde hace más de dos años, cuando lo hizo por última vez con motivo de su festividad, que se celebra cada segundo domingo de mayo. 

Minutos antes de la una de la tarde, finalizada la misa solemne, las puertas de la iglesia de San Pedro se abrían y poco después la Virgen de Las Vacas abandonaba el templo al son del Himno de España que tradicionalmente anuncia su salida. Lo hacía luciendo un manto de color azul purísima, regalo de los mozos que estrenó en su coronación canónica, y dirigiendo sus pasos hacia la calle Duque de Alba donde las adoratrices salieron a recibirla con cantos. El día de la ida, la Virgen había lucido un manto color berenjena, como guiño a la época de Adviento en la que nos encontramos.  

Además, coincidiendo con la clausura este miércoles del Año Jubilar de San José, que el Papa Francisco estableció entre el 8 de diciembre de 2020 y el 8 de diciembre de este año, la procesión también incluyó una parada en el convento de Las Madres que la Virgen de Las Vacas también suele visitar durante su fiesta de mayo y donde tras una pequeña oración dirigida a alcanzar la indulgencia una vez más las hermanas carmelitas de clausura la recibieron con cánticos a través de la celosía. Tras este emotivo momento la Virgen abandonaba el convento de San José protegida ya por un plástico puesto que la nieve, que a la salida había cesado dejando incluso paso al sol, volvía a hacer acto de presencia. Sin embargo, el mal tiempo, con temperaturas que no llegaban a los cuatro grados, no frenó la ilusión de los devotos de la Virgen que tras esta salida extraordinaria ya piensan en la siguiente que, si nada lo impide, tendrá lugar el próximo 8 de mayo.