"Nadie, ni el primer mundo, está libre de sufrir una pandemia"

Javier Villahizán (SPC)
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"Nadie, ni el primer mundo, está libre de sufrir una pandemia"

Nunca la ayuda humanitaria había sido tan necesaria como ahora en un país del primer mundo y en tiempos de paz. La COVID-19 ha trastocado todo el sistema sanitario, económico, social y de bienestar de España y de todo el mundo, y para frenar esa sangría los Estados y las ONG se han volcado para intentar parar una situación de emergencia en un país desarrollado, algo imprevisible.

Cruz Roja es una de esas asociaciones cercanas, próximas y conocidas. Además de actuar en los confines más remotos del planeta, esta ONG social con más de 155 años de Historia está muy presente en el ámbito local y es una gran sabedora de la realidad doméstica.

Este 8 de mayo, la organización ha celebrado su Día Mundial con cierto sabor agridulce. Por un lado,  inmersa en su trabajo diario contra el coronavirus y, por otro, analizando con cierta preocupación como será el mundo posCOVID.

Precisamente, una de las personas más activas dentro de la institución humanitaria es Olga Díaz, subdirectora de Intervención Social de Cruz Roja y perfecta conocedora de la realidad española, sobre todo de aquella que necesita o va necesitar más ayuda, como son las personas vulnerables.

Esta licenciada en Pedagogía y profesora de Educación Infantil conoce al detalle todos los entresijos de lo que pasa en el país, cómo son sus gentes, sus trabajos y cuáles son sus necesidades básicas. Ahora con el coronavirus, todo se complica un poco más.

 

¿Cruz Roja se enfrenta a su mayor reto desde su creación hace siglo y medio con la crisis del coronavirus?

Efectivamente, ha sido en sus 155 años el mayor despliegue de recursos que en España ha tenido que hacer nuestra la organización. 

Podríamos decir que estamos ante una crisis con unas características especiales, que afecta a toda la población y a todo el territorio a la vez, y que, además, por las necesarias medidas a poner en marcha para su prevención y afecta a todos los ámbitos de la vida: social, familiar, laboral, económico y, por supuesto, sanitario. Todo esto tiene que ser atendido y va a tener consecuencias que hoy son difíciles de evaluar.

 

¿Cuál fue la primera reacción?

Para poder dar una respuesta eficaz, rápida y coordinada, Cruz Roja puso en marcha el Plan RESPONDE, un proyecto integral en el que se actúa desde las áreas de salud, emergencias, inclusión social, educación, empleo y medioambiente. 

Este programa ha supuesto la mayor movilización de recursos de la Historia de Cruz Roja: 11 millones de euros de inversión para llegar a más de 1,3 millones de personas en dos meses.

Cruz Roja trabaja en todos los territorios del planeta en situaciones de emergencia, ¿se han visto desbordados en esta ocasión? 

Ha habido momentos difíciles, muy intensos, y nos hemos tenido que enfrentar a situaciones que requerían gestiones complejas, pero a las que gracias a nuestra experiencia de trabajo en circunstancias extremas, nuestra capilaridad sobre el terreno y los recursos humanos que gestionamos hemos podido enfrentarnos, creemos que con éxito. 

Gestión, coordinación y máxima profesionalidad son las premisas de actuación del plan que ha puesto en marcha Cruz Roja, el más grande de la historia.

¿Han podido continuar con la actividad habitual que prestaban antes de la pandemia?

Para seguir atendiendo a las personas que ya atendíamos hemos tenido que adaptar nuestras respuestas a la nueva situación y crear nuevas iniciativas ligadas directamente a las consecuencias de esta pandemia. Podríamos decir que, en términos generales, hemos podido continuar con nuestra actividad habitual.

¿Esta crisis va a hundir más si cabe a los colectivos vulnerables? Podemos hablar de cifras.

Son momentos complicados para todos y de una manera especial para aquellos que ya partían de una situación de fragilidad, con una situación laboral precaria, unos ingresos inestables y unas condiciones de vida difíciles. Muchas personas se encontraban ya en una situación de riesgo extremo antes del COVID-19. 

Se incrementará la vulnerabilidad de personas que ya partían de una situación muy precaria: situaciones de pobreza crónica, personas que vivían de la económica sumergida, trabajadores pobres, personas con una vida laboral precaria e intermitente, familias monoparentales, numerosas, minorías étnicas…. 

¿Cuántas personas necesita Cruz Roja para luchar contra el virus?

Mas de 40.000 voluntarios están participando en las intervenciones que estamos llevando a cabo durante esta crisis. Además, ha sido espectacular el apoyo de entidades, empresas y de muchas personas conocidas y desconocidas que, dentro de sus posibilidades, han querido sumar.

¿De qué se siente más orgullosa?

Se han realizado instalaciones hospitalarias temporales en colaboración con las Administraciones para ayudar a descongestionar el sistema sanitario. Se ha ayudado en los albergues para personas sin hogar. Se está realizando seguimiento personalizado a ciudadanos en situación de vulnerabilidad, es decir, mayores, con enfermedades crónicas, infancia, dependientes, discapacitados, desempleados, víctimas de violencia de género, personas en situación de urgencia social ... Se han entregado productos básicos (alimentación e higiene) y medicamentos. Se ha incrementado la actividad en temas orientación laboral. Se ha puesto en marcha el plan Te Escucha, para realizar atención psicosocial profesional y personalizada. En total, hasta la fecha hemos atendido a más de 1.250.000 personas.

¿Qué ha sido lo más duro?

Ha habido un incremento muy importante de llamadas de las personas que nos han demandado ayudas de primera necesidad.

La situación emocional por la que están pasando mucha gente también impacta y han sido objeto de nuestra atención, como por ejemplo la de las personas que en soledad han tenido que vivir el duelo por el fallecimiento de un ser querido. 

¿Podían esperar una situación real de emergencia en Europa?

En Cruz Roja siempre estamos preparados para trabajar la emergencia y esto nos ha ayudado para responder también en esta ocasión. Lo que no podemos negar es que la pandemia por el COVID-19 ha sobrepasado cualquier expectativa que se pudiera tener sobre sus consecuencias.

Seguro que esta es una lección que vamos a aprender y que nos hace no perder la perspectiva de que la personas, la humanidad es vulnerable, y que por tanto nadie, ni en el primer mundo, ni en ninguno, estamos libres de padecer una situación de emergencia y en la que todos dependemos del resto para su control. 

¿Los ciudadanos nos hemos unido más? ¿Somos más empáticos?

Al estar todos involucrados en el problema, hemos tenido la vivencia de estar en el mismo barco, de que la suerte de unos, era la suerte de todos, de que la única manera de salir es salir todos unidos, por lo que ha sido casi natural tener una sensación de empatía general. 

Están acostumbrados a trabajar allí donde no llega nadie, ¿Cómo han vivido personalmente esta crisis?

Somos parte de los colectivos que estamos en primera línea y somos conscientes de que el contagio es una de las consecuencias que puede tener nuestra intervención. 

¿Cómo valora la gestión del Gobierno y de la oposición en esta crisis?

Desde Cruz Roja trabajamos en coordinación con la diferentes Administraciones con el objetivo de ofrecer respuestas integrales a las personas vulnerables.

¿Esta pandemia va a suponer un antes y un después para la organización y para la sociedad?

Es difícil predecir la huella que dejará todo esto en nuestra sociedad, y en nuestra memoria individual y colectiva, cuando todavía estamos en pleno impacto. Lo que está claro es que la sociedad entera se ha visto removida y se están produciendo cambios de manera muy rápida que todo indica que perduraran.

¿Cómo afrontan el futuro más inmediato? Y ¿a medio plazo?

Habrá que poner en marcha mecanismos para disminuir las desigualdades, prestar especial atención a los colectivos vulnerables para que en esta ocasión sí se puedan beneficiar de las medidas de choque que se han puesto y se pondrán en marcha.

Tendremos que prever las nuevas situaciones de pobreza, atajarlas cuanto antes para que no se cronifiquen, como prevención de la exclusión residencial y escolar, medidas para disminuir la brecha digital, garantizar un mínimo de ingresos que permita la satisfacción de las necesidades básicas...

¿Ha cambiado el español medio con la crisis?

Precisamente para poder hacer frente a todos los retos de futuro que nos esperan será imprescindible aprovechar el sentimiento que ha surgido de compromiso y colaboración de la ciudadanía y de toda la sociedad. 

¿Tendrán las ONG, en general, que cambiar su criterio de trabajo?

Tendremos que adaptarnos a las nuevas necesidades que puedan ir surgiendo, y recurrir a aquellos instrumentos que nos permitan realizar nuestra intervenciones de la forma más eficaz posible.

¿Saldremos reforzados de esta crisis? ¿Aprenderemos de nuestros errores?

Por nuestra experiencia, es importante visibilizar y poner en valor la solidaridad que muchas personas y empresas han demostrado durante estas últimas semanas, y que así lo han demostrado contactando con nosotros para colaborar con el Plan  RESPONDE. A fecha de hoy, podemos destacar que más de 18.500 personas se han incorporado como voluntarias a nuestra organización. 

Desde otro prisma también podemos analizar que esta situación nos ha hecho crecer en cómo podemos intervenir de forma virtual con las personas usuarias, fomentando la adquisición de habilidades digitales entre los diferentes colectivos con los que trabajamos.