La última casa anexa al Castillo del Condestable Dávalos de Arenas de San Pedro ha sido derribada esta semana, en lo que ha sido calificado por el equipo de gobierno del Ayuntamiento como “un hecho histórico para el monumento más simbólico y representativo” del municipio, siendo una “apuesta clara y firme por la recuperación y apuesta del Patrimonio histórico y cultural arenense”.

El Ayuntamiento de Arenas culmina así un “proceso histórico” de las últimas décadas dejando exenta la muralla de la fortaleza por primera vez en 200 años. Y es que desde finales del siglo XIX, decenas de casas humildes se adhirieron a las fachadas de la fortaleza buscando cobijo ante la escasez de recursos, y durante casi dos siglos, generaciones han convivido con esta imagen en la retina.

A finales del siglo XX, las distintas corporaciones municipales comenzaron un proceso de permutas y compras de estas propiedades para conseguir lo que ahora se puede ver, dejar libre de edificaciones todo el perímetro del recinto amurallado.

Un proceso que, según apuntan desde el equipo de gobierno del Ayuntamiento, “ha sido largo y complejo, ya que hablamos de familias, de arenenses, de varias generaciones que han nacido, se han criado y han vivido entre estas paredes en el arrabal del castillo”.