Álvaro Mateos

El Valtravieso

Álvaro Mateos


Recuerdo del Rey Sabio desde Ávila

29/11/2021

Esta misma semana, se han cumplido 800 años del nacimiento de una de las figuras más importantes de nuestra historia, el rey Alfonso X el Sabio. Su alumbramiento se produjo en Toledo, al igual que podría haberse dado un poco más al norte, ya los reyes Fernando III y Beatriz de Suabia tuvieron que desplazarse desde la ciudad a otro punto más cercano a las sucesivas contiendas que se producían para salvar las fronteras del reino. 
Así, encontraron en la ciudad de las tres culturas el punto ideal para dar a luz a quien personificaría la unión de saberes en torno a las tres grandes religiones de libro. Aunque con las enfermedades y ausencias de la Corte del rey Fernando, Alfonso X tuvo que hacer frente a determinadas campañas como heredero, no fue proclamado rey de Castilla y de León hasta 1252, tras el fallecimiento del rey santo. 
El célebre monarca de las cantigas, las partidas, los traductores, la universidad y el ajedrez -como nuestra Santa de Ávila, patrona desde 1944 y así reconocida por la Real Federación- fue un gran devoto de los santos Vicente, Sabina y Cristeta, concediendo licencia para las obras de la basílica, siendo uno de los principales benefactores del templo.
El monarca, que reconoce los servicios prestados a su padre, el rey, a Esteban Domingo, con la concesión del lugar de Villafranca; confirma a los caballeros de Arévalo el Fuero de los Escudos, en junio de 1256 y, meses más tarde, desde Segovia, otorga a la ciudad el Fuero Real de Ávila, en el que solicita que se repueblen Las Navas de Ávila. 
Gracias al impulso de Alfonso X, se publica en estos años la Crónica de la Población de Ávila, primer texto historiográfico escrito en romance. En mayo de 1273, Alfonso X confirma solemnemente a los caballeros y al Consejo de Ávila "todos los privilegios, y los fueros y las cartas, y los usos y las costumbres, y las honras, y los derechos y los bienes recibidos de sus antecesores", siendo entonces varios los pueblos abulenses que tienen su origen en los textos que remite el monarca con la necesidad de repoblar determinadas zonas: esto ocurre en Burgohondo, Hoyo de Pinares, Piedrahíta y La Horcajada, por ejemplo. El señorío de Valdecorneja lo legaba en feudo Alfonso X a su hermano Felipe. 
Nuestra ciudad volvería a ser protagonista en torno a esta familia real cuando Sancho IV, que se recuperaba en Ávila de una tuberculosis, en abril de 1284, recibe aquí la noticia de la muerte su padre, con quien no guardaba relación. Antes de ser coronado solemnemente en Toledo, es proclamado rey en la Catedral del Salvador, en una ceremonia presidida por el obispo Aymar. 
Sancho IV era el segundo hijo varón de Alfonso X y Violante de Aragón, y alcanzó el trono porque su hermano Fernando, heredero legítimo, falleció en 1275 en una batalla con los benimerines. Como otros tantos, llegó a ser conocido como "el rey de Ávila" y fue proclamado monarca de Castilla y la ciudad, que "alzó sus pendones por su rey, a quien caballeros y ciudadanos besaron la diestra". 
En este año de homenajes y recuerdos desde muchos lugares de España, nuestra tierra de Ávila mucho le debe al Rey Sabio y no estaría de más algún acto en torno a su figura.