'Adopción' desde Ávila de los cadetes de Intendencia

B.M
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Tras el parón de la pandemia, hoy se vuelve a celebrar la misa por la Santa en la Catedral (11,00 horas) para iniciar después la procesión con su imagen

Gracias al respiro que está dando la pandemia de la covid-19 hoy será posible que los abulenses puedan rendir tributo a su patrona, Santa Teresa, con la misa en la Catedral y la vuelta de su procesión. Pero antes de llegar a ese momento, en la tarde del jueves también se vivió otro momento muy especial gracias a la vinculación de la patrona con el Cuerpo de Intendencia.

Fue en la plaza del Mercado Chico donde el alcalde de Ávila, Jesús Manuel Sánchez Cabrera, acompañado por el general Justino Tamargo, director de Asuntos Económicos del Ejército de Tierra, entregó los diplomas de hijos adoptivos y predilectos a una veintena de cadetes de Intendencia que acompañarán a Santa Teresa en la procesión de hoy. Estos cadetes formaron en la plaza antes de ser llamados para recibir unos diplomas que les acreditan como abulenses y les convierten en embajadores de esta tierra.

Así lo explicó el propio alcalde, que se refirió a que se trataba de un acto que rendía tributo a la patrona de Intendencia y de la ciudad y que quedaba de manifiesto con esa entrega de diplomas. Un momento emotivo, dijo, que suponía que siempre «van a llevar el honor de ser abulenses», convirtiéndose en embajadores de la ciudad.

 Por su parte, el general Tamargo habló de que se trata de una tradición de muchos años, recordando que desde 1915 Santa Teresa es patrona de Intendencia, con un vínculo muy arraigado. Desde los años 80 la ciudad tuvo la «delicadeza» de hacer este nombramiento de hijos adoptivos en una tradición que se ha mantenido con los años y que llega a las nuevas promociones que «se enganchan» cuando vienen a la ciudad.

Esta vinculación se volvió a vivir con la entrega de flores a la Santa en el Mercado Grande.

Con esta ofrenda y el traslado de la imagen de Santa Teresa desde la iglesia de La Santa hasta la Catedral, se dieron los pasos para una festividad que hoy, 15 de octubre, tiene su día grande. En él, a las 11,00 horas se celebra la misa en la Catedral, presidida por el obispo, José María Gil Tamayo. A su finalización volverá, tras el parón por la pandemia, la procesión con las imágenes de Santa Teresa y la Virgen de la Caridad para que los abulenses puedan rendir su tributo a la patrona.

En estos actos, lo que se hizo ayer fue celebrar en la Santa las vísperas con el obispo y el Cabildo antes de proceder a la procesión, en el denominado 'recorrido corto' para trasladar la imagen de Santa Teresa hasta la Catedral, donde ya la esperaba la Virgen de la Caridad.

Las dos imágenes estarán en la misa de hoy en la Catedral junto con la Cruz de los Jóvenes y el icono de Nuestra Señora Salud Populi Romani, los dos símbolos que representan la Jornada Mundial de la Juventud y que peregrinan por las diócesis del país en el que se celebra la JMJpara acompañar a los jóvenes en la preparación de la jornada. Aunque es en Lisboa en 2023, también están recorriendo las diócesis españolas.

Estos dos símbolos también estarán presentes en la procesión que acompaña a la comitiva en su recorrido hacia el convento de la Santa, donde se celebrará misa a las 20,00 horas antes del acto de despedida de las imágenes de Santa Teresa, que se queda en su casa, y la Virgen de la Caridad, que vuelve a la Catedral.

recomendaciones. En el marco de la pandemia y ante la celebración de esta gran fiesta en Ávila, el vicepresidente de la Junta de Castilla y León, Francisco Igea, recordó que las recomendaciones son las medidas que hay para el conjunto del Estado, mantener la distancia de seguridad, mascarilla y evitar en lo posible las situaciones de aglomeración, sobre todo cuando no se puedan mantener las distancias.

La situación ahora mismo, señaló, es de riesgo bajo en la provincia de Ávila y en Castilla y León y lo que se pide a la gente es que «mantenga una actividad normal, una vida normal en la medida de lo posible con las restricciones que están en vigor», manteniendo «la prudencia» pero sin impedir «disfrutar de unas fiestas patronales con un poco de cabeza y un poco de sentido común».