Los embalses se recuperan y garantizan la campaña de riego

P. Velasco
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Estos sistemas de regulación han sido «fundamentales» para paliar las consecuencias del temporal 'Elsa' en la región, ya que la CHD controló los desembalses para prevenir avenidas

El río Sil desbordado a su paso por Toral de Merayo (León). Foto: Ical

El paso del temporal ‘Elsa’ por la Comunidad la semana pasada ha dejado una persona fallecida, numerosos daños materiales en municipios de León, Burgos o Palencia, residencias desalojadas, rescates de vehículos y carreteras cortadas al tráfico. Y todavía se mira de reojo la evolución de los caudales de los ríos Arlanza, Cea, Esla, Omaña y Órbigo, pero principalmente del Pisuerga. Una situación que desde la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) se advierte de que podría haber sido «peor» incluso sin la existencia de las infraestructuras hidráulicas con las que cuenta Castilla y León y una gestión adecuada de ellas.
Aunque todavía es un poco pronto para conocer si la situación «excepcional» vivida por el paso del temporal ‘Elsa’ arroja datos históricos, el jefe del área de Explotación de la CHD, José Antonio Ruiz, remarca que es evidente que se «ha producido un fenómeno natural motivado por un ciclo de precipitaciones excepcional». Ruiz refleja que se han atenuado los problemas porque se ha aprovechado la existencia de los embalses, «con un volumen en esos momentos que lo permitía gracias a los resguardos con los que se trabaja». De esta forma, las avenidas en los ríos regulados las han retenido las presas, por lo que el problema se ha producido en los no regulados.
¿Pero se podría haber previsto de alguna forma las consecuencias que ‘Elsa’ iba a tener en la Comunidad? Ruiz cree que «la realidad superó a las previsiones desde el punto de vista climatológico» y pone algunos ejemplos de ello. En la provincia de León se produjeron aportaciones máximas en 24 horas desde que la CHD cuenta con registros y las presas de Riaño, Porma y Barrios de Luna retuvieron el día 16 de diciembre una punta instantánea conjunta superior a los 1.000 metros cúbicos por segundo.
Esta circunstancia pone de manifiesto la funcionalidad de los embalses y la coordinación a la hora de almacenar el agua, ya que se ha retenido toda la avenida en los embalses para que el agua que fluyera fuera el de los ríos no regulados. Esto ha producido «un incremento desmesurado del volumen embalsado», donde la existencia de resguardos en los pantanos ha permitido atenuar los efectos de las avenidas, además de que se venía de un volumen previo bajo arrastrado de la situación de sequía vivida durante el último verano.
Además, Ruiz explica que desde la CHD se ha hecho una labor de «coordinación permanente» para ver la evolución de los ríos y retener en las presas todo el volumen de agua posible. Y pone como ejemplos el caso de la presa de Riaño en León, donde de los 400 metros cúbicos por segundo que estaban entrando solo se desembalsaban cuatro, menos del uno por ciento; o en el Porma, donde el desembalse alcanzaba los 5,5 metros cúbico por segundo. El jefe de área de Explotación apunta que cuando la situación se calme, la CHD incrementará el desembalse para recuperar esos resguardos perdidos con las intensas precipitaciones registradas como consecuencia de ‘Elsa’.
Esta situación «excepcional» ha puesto de relevancia el papel «vital» que juegan las presas, que han sido capaces de retener entre el 95 y el 99 por ciento de las aportaciones de los ríos. Respecto a la construcción de nuevas infraestructuras de regulación, como reclaman desde algunos colectivos como las organizaciones agrarias, Ruiz incide en que ya existen algunas propuestas «encima de la mesa» que están por desarrollar, principalmente en las provincias de Palencia y León.
Llenado de los embalses

La buena noticia es que las lluvias han permitido recuperar los niveles de los embalses y actualmente se encuentran próximos al 70 por ciento de la capacidad de la cuenca hidrográfica, en máximos históricos para estas fechas. Ruiz señala que el único que mantiene una situación baja es el Adaja en Ávila.
Este volumen ya garantiza la campaña de riego del próximo año, aunque también abre nuevas preocupaciones, ya que todavía faltan las lluvias y nieves de invierno y el consecuente deshielo con el que normalmente se llenaban los embalses durante los meses de febrero o marzo para afrontar el riego. Este año el llenado se ha adelantado y la CHD tendrá que mantener los resguardos para los próximos meses.

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