Casi de puntillas llega a Switch el nuevo juego de los creadores de Little Nightmares. En un apacible juego costero surge una epidemia de mareaditis que se extiende rápidamente. El equipo del Capitán Brain debe llevar a los enfermos al hospital lo más rápido posible moviéndose en un mundo abierto. El camino en ambulancia es muy accidentado y recuerda de forma general al clásico Crazy Taxi de Sega. Está lleno de obstáculos que hay que resolver a veces de forma alocada y siempre divertida. El argumento tiene un humor absurdo que funciona bien y que no se mete en grandes profundidades, ya que solo pretende que los jugadores pasen un rato divertido. Se puede jugar en solitario, y cada mando sirve para manejar a un personaje, pero donde realmente brilla el juego es en cooperativo, en el que cada usuario tiene el control de un protagonista.