José Ramón García Hernández

Con la misma temperatura

José Ramón García Hernández


Las reglas ya no valen

13/03/2022

Cuando alguien en medio de un concurso cambia las reglas, pensamos muchas veces que estamos en un partido de barrio en pleno mediterráneo, donde el oxímoron de "árbitro casero", no es sino la constatación de una realidad muy cercana. Jugamos contra el contrario, pero el árbitro pesa más en la decisión de lo que nos gustaría reconocer.
Esto lo afirmaba esta semana en una conversación mi amigo Christian, hijo de un mandatario muy importante y él mismo con una gran carrera a sus espaldas.  Me relataba que lo que estamos viviendo, parecería estar en la "lógica de la ruptura de la lógica" como cuando Carl Schmidt sirvió en bandeja la base teórica para que las fronteras dejaran de tener corporeidad a principios de los años 30 del pasado siglo. Todo lo que nuestros ojos contemplan se escapa a la lógica de un mundo mejor que habíamos construido dejando atrás errores muy pesados que nuestra pertinaz naturaleza se empeña en parecer repetir.
Mi amigo Juan Manuel, escritor, me lo volvía a sugerir en la forma de la lucha por la ansiedad que parece haberse instalado en todos los análisis y sociedades que tienen que lidiar con fenómenos no nuevos, pero con una dimensión y duración desacostumbrada. Incluso los más cercanos que habitan entre nosotros parecen encontrar siempre el clavo ardiendo al que agarrarse en toda situación en forma de lógica, historia, o protocolo. 
Con Huan, hombre muy conocedor, reflexionábamos sobre el fenómeno no nuevo pero inaudito del bombardeo de información de la que gozamos en la actualidad. Huan, exiliado del Vietnam que perdió y por lo tanto refugiado, y que al hilo de contarme la gran suerte que tuvo, al separar su padre a su familia para aumentar las posibilidades de supervivencia de esta, mandando a los diferentes hermanos por diferentes caminos, los sumió en una grandísima incertidumbre. Iban a ser evacuados a París, pero acabaron en un buque camino de Indonesia, mientras que el resto de la familia vino en un avión a la Península Escandinava. Al final se pudieron reunir, pese a vivirlo con toda la intensidad que muchos se imaginan. Al hilo de esto, reflexionaba en voz alta sobre el mínimo nivel de información garantizada de la que disponíamos, pese a la profusión de redes sociales, y que contrastaba con el gran nivel de desinformación, fake news, e intoxicaciones, algo nunca visto hasta ahora, y es lo que me llevó a afirmar que parecería que las reglas ya no valen. 
Y esto me lo refuerzan dos expresiones de dos autores que me gusta mucho citar. Uno es compañero de viaje y el otro es una referencia clásica. Edmund Burke que afirmaba en "Observations on the State of the Nation" pronunciado en el Parlamento británico y publicado en 1760, tratando sobre la posible Independencia Americana 16 años antes de que apareciera, que "la mayoría de los hombres son excepcionales para analizar el pasado, pocos para entender el presente, y escasos para proyectarse sobre el futuro".  Y la verdad es que cada vez le concedo más la razón. 
Otro es el Coronel De Gaulle, luego general, en su obra "le fil de l´épée" del año 1932 donde tras el conflicto de la Primera Guerra Mundial intenta volcarse hacia una prospección futura analizando la historia que le llevaría a un preludio de que lo venga no será igual a nada que se haya vivido aunque tenga su origen en todo lo vivido.
Y por qué afirmo que las reglas ya no valen. Pues porque a mis ojos me parece que todo lo que vemos tiene un ropaje nuevo, que el "mundo de ayer" de Zweig se asoma por cada café en nuestra tierra de tabernas, para degustar el último sorbito de estos, que, aunque nuestra naturaleza no innova en las virtudes y en los errores, sí lo hace de forma inaudita y con potenciadores tecnológicos de todo lo que ocurre. Ya lo hizo Alejandro Magno y su solución al problema del nudo gordiano que se reflejó en nuestro "Tanto Monta". Las reglas para resolver problemas lógicos han cambiado a golpe de logaritmo y no de silogismo. Y esta es una nueva realidad.