Javier Santamarina

LA LÍNEA GRIS

Javier Santamarina


Tár

24/02/2023

En las relaciones familiares es fundamental ver con cariño el error ajeno como propio, ya que la caridad es el pegamento de las familias. Solo desde el amor se comprenden y aceptan estos errores, mientras que vivimos una época donde ese impulso, algunos dirían sentimiento, se transforma en ataque. La vida es mucho más compleja y solo el tiempo lo confirma.

En nuestro entorno, cada vez hay menos preguntas que puedan ser contestadas sin caer en el cinismo, el relativismo o directamente en el nihilismo. La élite dirigente occidental es doctrinalmente comunista. La confianza de los políticos en la ley promulgada, la Administración y el cuerpo funcionarial es tan firme que recuerda con nostalgia a la época gloriosa de la Unión Soviética. En aquella época, descontando los muertos y las purgas de rigor, los gobernantes creían que era más importante el relato que la realidad. Solo había que insistir más, porque era cuestión de tiempo que el presente se moldease a nuestro deseo.

Pudiéramos creer que la implosión soviética o la caída del muro de Berlín desterraría esa fantasía, pero somos unos ingenuos si pensamos que Vladímir Putin fue el único que la consideró una tragedia histórica. El golpe fue duro en las universidades, el ámbito cultural y funcionarial. No es fácil aceptar que la costumbre, las tradiciones o la libertad individual puedan oponerse a una brillante construcción intelectual.

La élite nos impone ideas porque la soberbia les guía. Saben tanto sobre cómo debería ser el mundo, les gusta el timbre de su voz, la imagen reflejada en el espejo, esa idea soñada en una noche solitaria, que tienen alergia a la libertad humana. No es que lleven mal la crítica, es que no aceptan que haya alguien que no se humille ante su poderío intelectual; de ahí que ahora se insulte directamente al contrario acusándolo de una intención oculta en su oposición.

La Unión Europea se equivoca si piensa que parando la invasión rusa de Ucrania el conflicto se soluciona. El problema político europeo es mayúsculo, porque los políticos no quieren asumir que la libertad es crucial para el bienestar humano y puede que para la prosperidad económica. El Estado está arrinconando e invadiendo nuestro espacio vital y nuestra intimidad. Ese ataque va a provocar resentimiento y tendrá consecuencias. La tolerancia no consiste en que se haga lo que yo quiera, sino que se respete al que no piense como yo.