Vicente García

El buitre de colores

Vicente García


La nueva minería del litio

10/03/2021

UN estudio recientemente publicado por la Universidad de Valladolid alerta sobre el posible agotamiento de las reservas de las denominadas tierras raras con alto contenido de metales ante un posible incremento insostenible de algunos de los proyectos mineros previstos.
La Comisión Europea quiere lanzar próximamente un nuevo reglamento respecto a las baterías con el que pretende impulsar una mal llamada «revolución verde», porque aunque el coche eléctrico efectivamente no produce emisiones contaminantes para circular, no puede decirse lo mismo de algunos procesos de extracción y transformación, como hemos visto en numerosas ocasiones, con la contaminación por balsas mineras que han vertido productos tóxicos directamente a los cursos fluviales. Una de las más conocidas por sus efectos devastadores fue la de Aznacóllar y que según parece quieren reabrir poniendo de nuevo en peligro el Parque Nacional de Doñana.
El reciclaje de elementos como el litio, según este informe, supone apenas una tasa actual inferior al 1% a pesar de que son metales fácilmente recuperables, y que según Ecologistas en Acción «no son comercialmente viables debido a la competencia desleal que representa una minería altamente destructiva que no se hace cargo de sus impactos».
Continúa el estudio de la Universidad de Valladolid reconociendo que la demanda asociada a la movilidad eléctrica de algunos metales usados para productos de consumo y baterías es y será tan alta que provocaría el agotamiento de sus reservas mundiales, a no ser que se apueste realmente por un serio y efectivo incremento de su reciclaje.
Además está también la oposición popular de las zonas en las que se pretende esquilmar dicho material, donde numerosos vecinos están en contra de destruir su territorio y otros se niegan, con todo el derecho, a que expolien «sus» tierras raras para fábricas lejanas donde se montan las baterías, y quieren que estas empresas se establezcan en los lugares de extracción para que al menos se creen puestos de trabajo reales en el mismo territorio del destrozo. 
Pero si no funciona la recuperación de estas y tantas otras materias ‘primas secundarias’ (las obtenidas de residuos y reciclajes), mal nos irá a todos.
Aunque mientras tanto, unos pocos se frotan de nuevo las manos, «esperando su parte del pastel». :-(