Francisco I. Pérez de Pablo

Doble click

Francisco I. Pérez de Pablo


Políticos locales en la nube

30/03/2021

Mañana el Pleno del Ayuntamiento de la capital celebra sesión en la que previsiblemente se dará luz verde al presupuesto municipal para 2021, con una tardanza inexplicable. Asegurada su aprobación  - sin consenso- con la aportación de los dos concejales de C´s, que con el discurrir de la legislatura se han convertido en una mera comparsa de acompañamiento sin más objetivo que llegar al final de un mandato que certificará su eclipse, la atención puede que se centre más en cursos para bomberos, socorristas, emergencias, rescates, seguridad privada o riesgos laborales de esa empresa, aún oculta, que puede arribar a Ávila (demandando suelo público), como en algunos artículos anteriores ya he expuesto.   
La sesión del pleno volverá a ser telemática estando los veinticinco concejales en sus casas o en dependencias municipales, pero no juntos y en unidad de acto. Hace ya un año que los representantes locales no se ven cara a cara. Las medidas Covid han establecido una distancia social también en los órganos colegiados, si bien por la riqueza y frescura del debate ya se debería haber repuesto la presencialidad, pues tanto en el salón municipal, como en cualquiera de las otras dependencias municipales (Palacio de los Verdugo, Caprotti o  San Francisco) se puede convocar con audiencia personal a todos los asistentes, cumplir con las limitaciones establecidas y facilitar el acceso al público igualmente.  
No es un privilegio asistir – dieta incluida- al pleno municipal desde el sosiego que da el salón, la cocina de tu hogar o el desahogo de tu despacho, pero si se convierte en una cierta comodidad con alto riesgo de tomarse como rutina y mala costumbre lo que está reñido con el ejercicio de la palabra, la discusión, el debate, la controversia e incluso la polémica que de manera más viva se dan en una sesión presencial frente a una sesión a distancia. Tratándose de los asuntos de los abulenses el cara a cara personal (sucede en los parlamentos como hemos visto recientemente) debe ser lo natural y no la pantalla de un PC. 
Los fallos técnicos o la dificultad de captar la atención de los asistentes (el modo “mute” permite a quien no esté hablando –solo lo hacen los cuatro portavoces– dedicarse a otras tareas como responder email, consultar otras noticias, jugar la Candy Crush o vigilar las lentejas…) son serios inconvenientes. La reunión virtual del Pleno municipal o de otros órganos municipales resta eficacia a los grupos políticos y sus dirigentes, siendo este formato más ventajoso para la acción de gobierno que para la de oposición por lo que poco interés tiene la coalición XAV-C´s de recuperar la imprescindible presencialidad, siéndoles más cómodo cobijarse tras un plasma. 
Lo que se transmite, también en la política y más en la local, se expresa en un altísimo porcentaje a través de la comunicación no verbal – lenguaje corporal y tono de voz-, los gestos de la persona que tienes enfrente e incluso la forma de entrar en el salón de sesiones o las conversaciones de los corrillos previos. Generar confianza precisa mirarse a los ojos cara a cara y eso en el Ayuntamiento de Ávila hace más de un año que no sucede. El compromiso político que cada cuatro años se formaliza con los abulenses  se ha convertido en un contrato a distancia entre ausentes. Así está la política de la ciudad, a mucha distancia y ausente, lo que los usuarios de internet definen como estar en la nube.