Según parece el Ayuntamiento de Ávila puede haber recibido un comunicado de la secretaría personal de los Reyes Magos expresando su malestar y confusión por la imagen artificial que se ha dado de ellos tras la visita que sus ilustres majestades hicieron la semana pasada a la ciudad de Ávila dentro de su apretada agenda. 
 El mensaje real participa que después de un largo viaje los ilustres invitados se vieron desconcertados –en la ciudad del Rey Niño– con la presencia en el inicio de la comitiva que abría el cortejo con unos personajes hinchados que figuraban ser los propios Magos de Oriente (entremezclados con supuestas gigantes estrellas luminosas), que se tambaleaban en sus cabalgaduras como si estuvieran afectados por alguna sustancia ingerida, siendo como se sabe ellos abstemios (el anís, el coñac y las pastas son para sus pajes colaboradores), incluso en latitudes tan aparentemente frías como esta tierra a donde sin embargo aterrizaron con la presencia de una suerte de calor inusual que su séquito mitigó con agua natural de los embalses abulenses rebosantes gracias a las últimas lluvias.  
La misiva revela que no ha sido del agrado de los tres Reyes verse representados como unos presuntos «borrachos» (el triunfo de Baco seguirá colgado en el Museo del Prado de Madrid) ante los niños y niñas de la ciudad de Ávila. Para ello la carta enviada, en la que se reservan el ejercicio de acciones legales para la defensa de su honor real, sus Majestades advierten a las autoridades locales que si desean que Ávila sea también destino para el próximo año su visita estará condicionada a que se convoque una plaza pública en la RPT local de supervisor de cabalgatas reales –Grupo A– que dé oportunas respuestas al obligado protocolo de tan insignes visitantes.  
Fue una de las imágenes más repetidas en las televisiones nacionales y en las redes sociales, pues ya saben que en Ávila nunca pasa nada. La Cabalgata de Reyes de la Capital abulense dio la vuelta al mundo en forma de picia y jocosidad por los denominados Reyes Magos Beodos. No todo el público congregado –tras el insistente anuncio municipal de grandioso espectáculo– en las calles pudieron verlos ya que fueron retirados nada más iniciar el recorrido una vez se comprobó su inconcebible estado de «embriaguez» (es de suponer que la Policía Local sometería a los hinchables al oportuno test de alcoholemia levantando el correspondiente atestado). 
A fecha de esta columna parece que el gabinete de Alcaldía –no está confirmado– tiene previsto remitir una carta de disculpas ofreciendo, además, la constitución de una mesa de expertos en cabalgatas de cara a asegurar que en futuras visitas de los Magos de Oriente por las calles de Ávila sea más acorde a su linaje. 
Para congratularse con sus Majestades, ahora que estamos en fase preelectoral, el nuevo Regidor que surja de las urnas deberá ofrecer –suma atención a los programas electorales– a estos egregios personajes dar un lustre de elegancia y distinción, no exento de originalidad, aportando un relato coherente de una cabalgata real que merece esmero en su organización, dejando poco a la improvisación y menos a lo ridículo y ordinario. Mas allá de la anécdota, profesionalizar y teatralizar la visita real serviría además como reclamo turístico para dejar de ser la cabalgata de siempre. El día más señalado del año lo merece, porque los Reyes Magos siempre llegan.