Roberto Serna

El líder que hay en ti

Roberto Serna


El desafío de diez días

13/02/2021

De formas más o menos conscientes, las personas desarrollamos hábitos que no tienen siempre por qué ayudarnos a vivir mejor. Algunos surgen tras una mala etapa, otras por una mala compañía o por un vicio que empezó como un simple juego placentero. Sean positivos o negativos, nos den impulso o razones para permanecer destrozados, todos construimos rutinas con las que estructurar cada momento de nuestras vidas.
El objetivo de diez días tiene una sencilla y poderosa toma de conciencia de lo que nos es útil para perseguir objetivos y «desalojar» lo que nos separe de tomar el control de la dirección de nuestra vida. 
Un valor, un principio y cada factor moral que rige cada uno de nuestros comportamientos tardan en cambiarse un tiempo estipulado: el que nosotros decidamos. Las vías que conectan las conductas con el sistema nervioso pueden edificarse de forma sólida y rápida si, cada segundo que respiramos, decidimos vivir de acuerdo a aquellos principios que consideramos como propios e identificativos. Cada segundo que perdamos en «cosas» que no importan condiciona dichos principios a un crecimiento limitado y distorsionado y por ende nuestro sistema nervioso no lo convierte en la orden incuestionable de fuerza y energía que todos deseamos.
Un hábito de comer menos, dejar de decir tacos  o abandonar de una vez por todas un estado de depresión constante tarda diez días en encarrilarse, porque diez días es el tiempo que se requiere para que las vías neurológicas reconozcan algo como propio, ya sea desde un pensamiento hasta una forma concreta de hablar. Es como si fuésemos una computadora automática de recepción de estímulos, cuantas más veces presionemos la misma tecla y durante más tiempo más tenderemos a creer que no existen otras teclas o comandos que utilizar. Ya sea para un hábito constructivo o destructivo las teclas que toquemos lo hacen más fuerte a medida que las presionamos una y otra vez. ¿Cuántas veces una persona ha tratado de hacer algo tan sencillo como salir a correr y en pocos días o semanas a terminado por abandonar? Salir a correr y pensar en la próxima vez que se hará no es suficiente para cambiar, sencillamente porque no hemos vinculado suficiente tiempo y energía a la clave de cada comportamiento, que no es su práctica, sino su apropiación.
Apropiarse de algo es hacerlo, pensarlo y vivirlo durante las veinticuatro horas del día los siete días de la semana. En este caso los diez que dura el desafío y no solo cuando «toca». Si solo somos amables cuando nos encontremos con alguien o trabajamos cuando el jefe nos mira, ¿cómo esperamos no aparentar sino ser personas agradables y productivas la mayor parte del día, cuando nadie nos mira o nos habla? No podremos, y muchos necesitaremos estar constantemente en compañía para sentirnos bien, porque en soledad no somos capaces. Diez días de compromiso, solo eso, y los resultados se vuelven dramáticos. Diez días de trabajo bajo la decisión firme de cambiar lo que nos disgusta y no queremos repetir más. Sentirse bien es una decisión que podemos tomar cada vez que inhalemos aire.