Pablo Casillas

El Corrillo

Pablo Casillas


«El hombre y el burro cayendo, van aprendiendo»

05/07/2022

«Cuando veas las barbas de tu vecino pelar, pon las tuyas a remojar».
Son dos refranes del rico repertorio español. Sabiduría popular, que bebe sus fuentes en las máximas latinas.
Hoy día, como con otras tantas vivencias tradicionales, no suelen ser conocidos los refranes, y es una pena, porque con pocas palabras se da una lección práctica de la vida, de las de verdad, de las que no se olvidan y se transmiten a los hijos y nietos.
Dirán ustedes, vaya comienzo de artículo, a dónde nos querrá llevar éste hombre. Pues muy sencillo, a que cada cual ha de aprender a fuerza de caer, de los palos que vas recibiendo, de todos los lados; y a que, si eres inteligente y espabilado, aprenderás de la experiencia ajena, antes de que te des –o te den– el sopapo. Y en lo que se refiere a la política, resulta imprescindible aplicar esos refranes.
En Andalucía, miles de ciudadanos han hecho suyas las máximas de esos refranes. 
Según las encuestas, alrededor de un 18 por ciento de anteriores votantes del PSOE han dado sus votos al PP en las últimas elecciones autonómicas. No es que se hayan vuelto locos, todo lo contrario, han analizado y sabido ver lo que está sucediendo y lo que estaría por venir de continuar bajo el mando del actual Partido Socialista y sus «allegados».
Es una desgracia para España y los españoles que, a nivel de gobernabilidad, haya desaparecido la socialdemocracia. 
Millones de ciudadanos de nuestro País pueden sentirse social demócratas, pero sería bueno que se dieran cuenta y asumieran, lo más pronto posible –por su beneficio y por el de los demás– que en la actualidad no existen gobernantes de ese talante porque ya se ha encargado Pedro Sánchez de hacerlos desaparecer, o de tenerles debajo de su bota, silentes cuando no sumisos.
Mayor desgracia, si cabe, es que unida a la desaparición de la social democracia, se hayan pegado como lapas al actual Partido Socialista grupos políticos que buscan destruir el sistema y/o la ruptura de España, todo por mor del ansia de poder y egolatría de quien preside el Gobierno.
Pedro Sánchez –y lo evidencian sus actos– tiene un único fin: permanecer en el poder. Para ello no ha dudado, en primer término, en controlar a su Partido, con mano de hierro, aún a costa de que ello conlleva a la desaparición de su propia identidad, la que permitió que millones de españoles nos sintiéramos identificados con ese Partido Socialista, el de Felipe González, que supo ver, aprendiendo de la experiencia que le transmitieron otros dirigentes socialdemócratas europeos, que a través de la social democracia se traía progreso y entendimiento con el centro derecha en numerosos asuntos que afectaban a la Ciudadanía lo que permitía el progreso de España. Y, en segundo lugar, tampoco ha dudado Pedro Sánchez, para lograr sus fines, en encamarse con anti sistema e independentistas, que tanto daño hacen.
Todo lo que es y ha impuesto Pedro Sánchez al País, desde la fuerza que confieren las Instituciones que gobierna, está llevando a España y los españoles a una quiebra irreparable. Y no es ser catastrofista, sino realista.
Como podemos comprender, los males no llegan a todo el mundo, y, en cualquier caso, no llegan en el mismo momento.
Hay miles de españoles que votan al Partido Socialista que no se sienten concernidos, directamente, por los problemas que tenemos y por los que habrán de venir en mayor amplitud en un próximo futuro, porque creen que su estatus les permitirá que por mal que vaya el País a ellos no les tocará personalmente.      
Otros miles, con menos afortunada posición, confían en verse librados de los efectos de tan mala gobernanza por eso de que en algún momento habrá cambio de gobierno, y se enderezará la situación. 
Sin embargo, si sigue gobernando Pedro Sánchez es seguro que ni unos ni otros de esos votantes socialistas se librarán. Como no nos libraremos ninguno.
Cuando un País toma una mala deriva, y la que ahora tenemos es peor que mala, no se libra ni el apuntador, porque bien directa o indirectamente a todos nos afecta. El que crea o piense lo contrario es un necio, un idiota.
Con mucha sensatez y honestidad, Juan José Moreno Bonilla, electo –y reelegido– Presidente de la Comunidad de Andalucía, ha reconocido haber recibido «prestados» miles de votos de ciudadanos que anteriormente habían votado al PSOE, gente socialdemócrata, lo que ha tenido lugar, sin ningún género de dudas, porque esos votantes han hecho uso de la máxima de los viejos refranes españoles que daban comienzo a éste artículo.
Miren, los ciudadanos de a pie no debemos nada a ningún gobernante, ya que se presentan voluntariamente a los cargos. Si lo hacen bien, les daremos las gracias, y es bastante, tanto para ellos como para nosotros. Pero si son malos gobernantes, y no traen sino desgracias y problemas, lo lógico es despedirles con cajas destempladas lo más pronto posible.
A nosotros nos compete, y es a su vez nuestra responsabilidad, para con los demás y con nosotros mismos, evitar tropezar varias veces en la misma piedra, anticipándonos al mal venidero aprendiendo de nuestras vivencias y de lo que les ha acontecido a otras personas.
Con Pedro Sánchez, nadie se puede llamar a engaño. Ni siquiera los más próximos. Todos nos vamos a ver afectados, negativamente, salvo que actuemos como han hecho en Andalucía.
P.D.- ¿Y, Sr. Sánchez, cuándo nos va a dar detalles de la información que le "gpilló"h Mohamed VI, que le está sirviendo para chantajear a su Gobierno?