Victoriano Martín Martín

Rerum Ultimas Causas Cognoscere

Victoriano Martín Martín


El control de la cantidad de dinero. La única forma de atajar la inflación

08/08/2022

La inflación consiste en un proceso de depreciación del valor del dinero que se manifiesta en una subida del nivel general de precios; y se produce cuando la cantidad de dinero crece a un ritmo sensiblemente superior a la producción de bienes y servicios intercambiables por dinero. Desafortunadamente los economistas no disponemos de muchas proposiciones susceptibles de contrastación, esto es, de ser sometidas al careo de los hechos, seguramente la teoría económica no tiene otra proposición tan bien demostrada como la que acabamos de enunciar. Los primeros días de clase, cuando enseño a mis alumnos algo de metodología, al hablar de las características de las proposiciones de la teoría económica: que deben ser positivas, explican cómo funciona el mundo desde el punto de vista económico no cómo debe funcionar; universales, esto es, que se cumplan siempre con independencia de las circunstancias de tiempo y lugar; y finalmente deben ser susceptibles de contrastación. Pues bien, llegados a este punto de la contrastación, siempre tengo que echar mano de la teoría monetaria, teoría que intenta explicar las variaciones del valor del dinero, manifestadas en las variaciones del nivel general de precios, y que vienen determinadas por las variaciones en la cantidad de dinero.

Mientras escribo este papel salta la noticia de que el Banco Central Europeo va subir el tipo de interés al 0,50%; y tengo curiosidad por conocer la reacción de "los de la inflación de costes". Decía George J. Stigler (1911-1991), premio Nobel de Economía 1982, que existían dos campos en el ámbito del análisis económico en los que los economistas eran reacios a entrar: la teoría monetaria y la metodología. A la luz de las intervenciones de los economistas en las redes sociales sobre la inflación, parece que Stigler tenía razón. Generalmente los economistas salvo honradas excepciones, cuando hablan de inflación el dinero no aparece por ninguna parte; solo los shock de oferta y ni una palabra de los precios relativos, que son a los que afectan dichos shock, es la inflación de costes; o de los shock de demanda y en este caso es la inflación de demanda, pero el dinero tampoco aparece. Pues bien, Milton Friedman tenía razón al afirmar que la inflación es siempre y en todas partes un fenómeno monetario (Milton Friedman, Paradojas del dinero, Barcelona, 1992, p.231).

Soy consciente de que los conceptos de oferta y demanda de dinero, no evidentes por sí mismos, son fundamentales a la hora de determinar el valor del mismo. En este orden de cosas, es necesario referirse al concepto keynesiano de preferencia por la liquidez, que significa que los individuos, en épocas de incertidumbre y falta de confianza, prefieren dinero contante y sonante a otro tipo de activos; lo que significa que en tales circunstancias, todos los aumentos en la cantidad de dinero serían absorbidos por aumentos en la demanda del mismo. Esto es lo que ocurrió, tras la tristemente famosa gran recesión, que se desata con la crisis de las desdichadas hipotecas subprime, con los estímulos monetarios de los bancos centrales, consistentes en compras masivas de deuda, y en unos tipos de interés en torno a cero o incluso negativos, tipos a los que los bancos emisores prestan a los bancos comerciales; todo ello se tradujo en aumentos masivos de la cantidad de dinero, que, tras la recuperación de la confianza, está dando sus frutos en forma de inflación.

Algo más sobre John Maynard Keynes, que fue un economista ortodoxo, discípulo de Alfred Marshall, hasta después de haber publicado el Breve tratado sobre la reforma monetaria (1923), que tal vez siga siendo el mejor libro de Teoría Monetaria, en que se exponen de una forma clara y rigurosa las causas de la inflación así como las consecuencias de la misma. En esta obra encontramos el germen del concepto de preferencia de la liquidez, desarrollado en la Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero (1936), 13, II. En el Breve Tratado al analizar la cuantitativa y enfrentarse con el supuesto de que la demanda de dinero es constante, Keynes se pronuncia con aquella expresión que tal vez con mayor frecuencia pronuncian los economistas, ignorando el lugar y a razón de qué la pronunció. Sus palabras fueron las siguientes: Ahora bien, "en el largo plazo" ello es probablemente cierto –el que la demanda de dinero sea constate- ... Pero este largo plazo es una guía confusa para la coyuntura. En el largo plazo estamos todos muertos. Los economistas se plantean una tarea demasiado fácil, y demasiado inútil, si en cada tormenta lo único que nos dicen es que cuando pasa el temporal el océano está otra vez tranquilo (Breve tratado sobre la reforma monetaria, III, 1). Pues bien, los últimos diez años nos han proporcionado evidencia empírica suficiente sobre el comportamiento de la demanda de dinero, y nos han demostrado que Keynes tenía razón en el texto que acabamos de citar. No fue la caída de la velocidad de circulación la explicación de que los aumentos en la cantidad de dinero mediante los denominados estímulos monetarios no se tradujeran en aumentos en los precios, como intentan defenderse los monetaristas defensores de la constancia de la demanda de dinero. Fue la incertidumbre y la falta de confianza lo que explica que aquellos aumentos de dinero fueran absorbidos con creces por el aumento de la demanda de mismo, especialmente por motivo de precaución.

Para resaltar los efectos desastrosos de la inflación voy a referirme en primer lugar a otra gran obra de Keynes, Las consecuencias económicas de la paz (1919), que según Robert Skidelsky, tal vez el mejor conocedor de nuestro autor, "puede ser considerado como el mejor libro de Keynes". En sus Essays in Persuasion (1931) en II, 1 titulado inflación reproduce Keynes el texto de Las consecuencias económicas de la paz, que ha pasado a ser la síntesis de una presunta teoría de la inflación atribuida a Lenin.

Aunque Keynes no proporciona ningún tipo de fuente, se cura en salud con un "se dice que..." al iniciar su comentario, esto es, Se dice que Lenin ha declarado que el medio mejor para destruir el sistema capitalista es corromper la moneda. Con un proceso continuado de inflación, los gobiernos pueden confiscar, secreta e inadvertidamente una parte importante de la riqueza de sus ciudadanos... Lenin tenía, ciertamente, razón. No hay medio más sutil ni más seguro de trastornar las bases existentes de la sociedad, que envilecer el valor de la moneda. El procedimiento pone todas las fuerzas recónditas de las leyes económicas del lado de la destrucción, y lo hace de manera tal, que ni un solo hombre, entre un millón, es capaz de notarlo (Las consecuencias económicas de la paz (1919), cap. VI). No se conocen pruebas de que este texto escrito por Keynes lo hubiera sido antes por Lenin. Aunque las referencias al pensamiento de Lenin sobre la inflación, como adelantábamos, provienen de la opinión de Keynes reflejada en el texto reproducido, esto no significa que Lenin no estuviera al corriente de los males de la inflación, provocada por un... aumento caótico de la emisión de papel moneda-palabras del propio Lenin-. A continuación reproducimos el texto que nos confirma su buen entendimiento de los males de la inflación: El problema del aumento de los precios fijos del cereal presenta, además, otro aspecto. Este aumento de precios trae consigo un nuevo aumento caótico de la emisión de papel moneda, un aumento más del coste de la vida, el incremento de la desorganización financiera y la aproximación de la bancarrota financiera. Todo el mundo reconoce que la emisión de papel moneda constituye un empréstito forzoso de la peor especie, que empeora, principalmente, la situación de los obreros, el sector más pobre de la población, y que es el mal fundamental engendrado por el caos financiero... La emisión ilimitada de papel moneda estimula la especulación...y crea enormes dificultades al tan necesario aumento de la producción, porque ya el alto costo de los materiales, la maquinaria, etc., sigue aumentando a saltos... porque el valor de la moneda está cayendo cada vez con más rapidez, y segundo, porque la ocultación de los ingresos es tanto mayor cuanto más derivan de la especulación y más se protege el secreto comercial (V. I. Lenin, La Catástrofe que nos amenaza y como luchar contra ella (1917). Aunque la mejor explicación de los efectos desastrosos de la hiperinflacion la encontramos en el texto de Keynes, me ha parecido oportuno recoger aquí el texto de Lenin en que aparece la relación entre los aumentos excesivos en la cantidad de dinero y su depreciación.

Recapitulando, tenemos que repetir que la inflación es un fenómeno monetario que se produce cuando la cantidad de dinero crece más de prisa que la producción de bienes y servicios intercambiables por dinero. En aquellos países en que los bancos centrales son independientes y cuyo objeto fundamental es el de garantizar la estabilidad del valor del dinero, son los bancos centrales quienes pueden originar un crecimiento excesivo de dinero y por consiguiente inflación; en esta situación se encuentra el Banco de la Reserva Federal de Estados Unidos, el Banco de Inglaterra y el Banco Central Europeo entre otros, pero en la mayoría de los países son sólo los gobiernos los que pueden originar un excesivo crecimiento monetario y la inflación. La aceleración del crecimiento monetario suele ocurrir por el crecimiento del gasto público financiado con deuda pública que siempre termina monetizándose o directamente por aumento de la cantidad de dinero. Otro motor de la aceleración del crecimiento monetario ha sido el intento de conseguir el pleno empleo, con la creencia resucitada ahora por la denominada Teoría Monetaria Moderna de que "siempre hay capacidad productiva sin utilizar, incluida la mano de obra" Finalmente el único remedio para controlar la inflación consiste en controlar la tasa de crecimiento de la cantidad de dinero, a sabiendas de que se necesita tiempo para que se desarrolle la inflación así como para frenarla.