Francisco Javier Sancho Fermín

De bien en mejor

Francisco Javier Sancho Fermín


Un voto libre y responsable

19/05/2023

Sentado frente al ordenador, y pensando sobre qué escribir, la tentación y la baraúnda de los pensamientos me quieren llevar hacia donde no quiero entrar: la campaña electoral. No es que me desentienda de la política o que no me importe. Simplemente me cansa el espectáculo mediático de los discursos vacíos, tantas veces cargados de falacias, de medias verdades y de vanas apariencias. Por no hablar de la indomable y perversa tendencia a descalificar a los otros, y de la pretensión inasumible de que solo existe una posible salida a la compleja problemática de la sociedad y de los ciudadanos.
Aunque no he querido dedicarle demasiado tiempo al asunto, me he entretenido en escuchar y analizar objetivamente los discursos de los principales dirigentes de todos los partidos. Por supuesto, emerge con claro énfasis la afirmación tajante de que las soluciones que cada partido ofrece son las únicas y las mejores. Para ello, claro está, se gasta más tiempo en evidenciar todas las deficiencias de los otros, en vez de centrar el discurso en tratar de explicar y dar razonamientos lógicos del porqué su propuesta es la mejor para la ciudadanía.
Pero lo más preocupante y que esconde, en el fondo, otros intereses diferentes a los del servicio a las personas, es el cada vez más acentuado recurso al ego, al yo-yo. Es normal que un dirigente político se presente con seguridad en sí mismo para suscitar confianza. El problema es, cuando esa confianza adquiere un tono absolutista y anárquico, revelando difusamente una egolatría narcisista peligrosa. De vez en cuando se disfraza ese yo del deseo de defender a los ciudadanos y de buscar, así, favorecer a la mayoría. Y estos argumentos aparecen con tal fuerza que, fácilmente el elector no se percata del trasfondo real del discurso.
No cabe duda de que las elecciones son una llamada al ejercicio responsable y libre del voto. Pero, cuando ni se facilita ni favorece esta posibilidad, sino que la intencionalidad se orienta a condicionar esa libertad en una dirección u otra, surge la pregunta sobre ¿dónde queda esa libertad de voto?
Quizás resulte utópico decirlo, pero creo que todos los dirigentes políticos que realmente creen en la democracia y valoran la libertad de elección de los ciudadanos, tendrían que favorecer de alguna manera el libre pensamiento. En la democracia, al menos así se entendía antes, el poder reside en el pueblo y no en los políticos. Pero, con frecuencia, asistimos a una seria falta de sentido democrático, donde se pierden los papeles y donde el político termina por servirse a sí mismo y a sus ideas y no a los ciudadanos. Realidades que lo único que favorecen es la creación de campos de minas imposibles de transitar sin riesgo de salir malherido. Y así se entiende que haya tanta gente desinteresada de las votaciones o encerradas en unas ideas sobre las cuales resulta imposible de dialogar.
Pero el ser humano es más grande que todos esos límites ideológicos a los que pretenden reducir nuestra capacidad racional. Por eso confío que, aún dentro de las imperfecciones del sistema y aunque aún nos cueste tiempo, se reactivará ese "despertar" hacia la responsabilidad política que todos tenemos. Y que el mentiroso, el narcisista o el déspota no se saldrán con la suya. Que antes o después el voto les colocará en su sitio. Y que así se favorecerá el desarrolla de una democracia abierta, dialogante y orientada al bien de los ciudadanos. Más allá de los intereses partidistas o ideológicos. Y desde donde, democráticamente, cada uno sea colocado y/o relegado al lugar que le corresponde en virtud de sus actos, y no en virtud de otras categorías.
Cada vez que somos convocados a las urnas se nos da esa gran oportunidad de elegir libre y responsablemente, favoreciendo –desde un realismo objetivo–, que nuestros pueblos y ciudades puedan ir a mejor. Quizás, para eso, lo más importante sea reflexionar un momento, tomar en mano los programas electorales para observar y valorar cuáles son las medidas más necesarias y realistas que ahora necesitamos.
 

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