Francisco I. Pérez de Pablo

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Francisco I. Pérez de Pablo


Baraka

09/05/2023

En un momento de la película 'Mientras Dure la Guerra' (Amenábar), un genial Eduard Fernández en el papel de Millán Astray ante la Junta militar de Burgos defiende la elección de Franco con base únicamente en su baraka (bendición divina acuñada por los musulmanes en el Rif). La suerte juega un papel fundamental en casi todas las facetas de la vida (lo saben bien los madridistas que la tienen por castigo) y al margen del trabajo, en política es un elemento indispensable. La mayor parte de los dirigentes –perfiles medios en su mayoría y escasamente talentosos– no solo han tenido suerte y muchos de ellos se les ha hecho real con solo estar en el sitio adecuado y en el momento oportuno. Los políticos suelen tentar bastante a la suerte y eso les desconecta de las verdaderas necesidades de los ciudadanos.
La primera cosa que debe ocurrir para que un afiliado o no pueda ser electo es formar parte de las ansiadas listas electorales y es aquí donde la suerte juega un papel muy relevante, tanto que algunos llegan sin querer, por mera casualidad o incluso después de haber sido descartados. Lanzada la campaña electoral es razonable preguntarse quién de los aspirantes a la alcaldía de Ávila tendrá ¿buena suerte? o ¿mala suerte? En la vida política, como decía Maquiavelo, suele combinarse la suerte con la habilidad por controlar los acontecimientos y algo de esto hay en las calles abulenses.
De los siete magníficos candidatos varios de ellos no parecen contar con suerte alguna conocida. En los mentideros de la capital parece estar asentada la opinión de que el actual alcalde –aspira a repetir– tiene estrella. La candidata popular, aunque no se proclame a los cuatro vientos, también está tocada por cierta varita mágica. En sus trayectorias políticas la baraka les ha sido amiga. Al primero la suerte le premió su osadía cuando sus compañeros del PP cambiaron el sentido de su voto eligiéndolo presidente de la Diputación Provincial en contra de quien estaba designado por su formación de entonces. La segunda, tras una renegada salida como inédita concejal tras su primera incursión política fue designada, con cierta imprevisibilidad, alto cargo de la mujer en la región. Estar en el sitio adecuado, amén de otras circunstancias y valías, le llevaron a otras más altas designaciones autonómicas y nacionales.
El dirigente capitalino, sin embargo, parece ser quien más fortuna acumula: expedientado en falso por su deslealtad; rechazada su candidatura por el PP a la alcaldía de la Capital cuatro años atrás; moción de censura impropia y cesado como presidente de la Diputación; nuevo partido exprés y victoria electoral amplia para ser elegido alcalde. Como Regidor las aguas de lluvia han salvado –de momento– su gran error político al desechar el proyecto Cogotas y por otro la bonanza climatológica ha sido su aliada en fiestas y saraos populares como nunca tuvo otro alcalde. 
Ambos son los únicos con posibilidades de ganar la alcaldía de Ávila y, al margen de acólitos y programas, hay quienes aseguran que la suerte del regidor continúa. Al exiguo perfil de los candidatos presentados se une la desaparición virtual de Cs; la descomposición del PSOE con la aparición de varias formaciones menores; la deriva ideológica de Vox y la incertidumbre de un PP esperando que el aire sople de cola. Al saber le llaman suerte, se podrá afirmar, pero no hay que olvidar que la buena ventura poco dura que dice el refrán. Veremos de qué lado se inclina la baraka.