Francisco I. Pérez de Pablo

Doble click

Francisco I. Pérez de Pablo


En Reyes, de regalo, un camión de bomberos

15/12/2020

Será por el uniforme, por los calendarios benéficos o quizás por el sueldo y el número de días que libran, lo cierto es que desde siempre el cuerpo de bomberos suele atraer al sexo femenino (también a los hombres que les gustan los hombres) y no deja de envidiarse por otras profesiones, hasta que hay un fuego. Tienen tirón erótico aunque en Ávila no es ese sex-appeal lo que preocupa en la opinión pública. 
En pocos días los Reyes Magos llegarán a Ávila y de todos es sabido que los bomberos son colaboradores distinguidos de esos Magos de Oriente. En años anteriores los bomberos de Ávila han venido prestando sus camiones y sus grandes escaleras a Melchor, Gaspar y Baltasar para que se cumplan los sueños y deseos de todos. Es la única noche del año que los bomberos no descansan. Los niños y adultos de la Capital están tranquilos pues con el pago de los impuestos deben tener garantizado el servicio de bomberos en esa noche mágica. Sin embargo los niños y adultos de la Provincia tienen un gran riesgo de no poder contar con los bomberos de Ávila para que ayuden a los Reyes de Oriente en su tarea de llevarles los regalos a cada una de las casas de las localidades provinciales. 
Superadas –quizás solo aplazadas por otros intereses– las reivindicaciones de los bomberos en la legislatura pasada y que junto a la de los agentes de la policía local llegaron hasta el mismo pleno consistorial y al propio Regidor en forma de escraches, su actividad ha vuelto a los titulares por la disputa en forma de coste en la prestación de sus servicios –no confundir con boys– entre el Ayuntamiento de Ávila y la Diputación Provincial.
 La Capital propietaria del cuerpo de bomberos quiere cobrar más dinero –1,6 millones– a la entidad provincial cuando los bomberos acudan fuera del límite de las murallas. No hay acuerdo en el precio a pagar, por eso a partir del próximo mes de enero los bomberos capitalinos acudirán o no según quien les llame y cuando, lo cual es correr un riesgo innecesario y una irresponsabilidad que si no se remedia acabará teniendo que ser decidida por los tribunales. Ante el desencuentro y antes de judicializar la cuestión se me ocurre proponer un mediador o dos, uno por cada parte, más allá de pulsos y testosteronas.
Lo actuado parece forzado y desproporcionado. Incrementar el precio en algo más del triple me hace sospechar que obedece a otras cuestiones –antiguas facturas– siendo la más evidente la frenética lucha interna que desde el verano se ha abierto, en varios escenarios, entre ambas Administraciones, donde a la bisoñez política de los recién llegados se junta lo personal y es que no se puede olvidar que el actual Alcalde dejó la Diputación tras una moción de censura de sus antiguos compañeros de partido. 
En espera de acontecimientos la situación inquieta. Desconozco si son los Reyes Magos los que deben solicitar, en sobre y con lacre, al Ayuntamiento de Ávila la colaboración de los bomberos o si es la  Diputación la que debe cursar la solicitud al consistorio de la capital. Con tanto protocolo y  burocracia –misteriosa hasta para unos Reyes– lo que pueden provocar es que los Reyes se irriten y pasen de largo… Si al final, como es previsible, los bomberos ayudan a los Reyes Magos la duda estará en saber si la factura la enviará el Ayuntamiento de Ávila al Antiguo Oriente o al Torreón de los Guzmanes.