Domingo del Prado

Los lunes de Domingo

Domingo del Prado


Cosas veredes, amigo Sancho...

21/11/2022

En el año veintidós,
en noviembre, en estas fechas,
con los ojos como platos
asombrose Hispania entera
y quedose muy absorta,
pasmada y con boca abierta
por los hechos sucedidos
que en Catalonia ocurrieran
en la lucha contra Hispania
en pos de la independencia.

«Cosas veredes, amigo Sancho,
que farán fablar las piedras»:

Pedro Aragonés estaba
luciendo la presidencia,
mientras el otro Don Pere
en La Moncloa la ejerciera,
pues tanto Pedro era el uno,
como el otro Pere fuera.
El Aragonés había
perdido ya la paciencia,
pidiendo al tocayo Sánchez
que muchas cosas le diera,
diciendo que era La Hispania
democracia bananera
y pidiendo ser república
con el partido de Esquerra.
Estaba el senyor OriOl
de apellido de Yunque Eras
recién salido del horno
—quiero decir de la trena, 
la chirona o la prisión—,
donde a él antes metieran
por alborotar a Hispania
en rebeliosa contienda
con los colegas y cómplices,
que eran casi una docena.
Un tal Charles Pisdelmonte
estaba exiliado en Bélgica
—o, más que exiliado, huido,
pues fugose a la carrera,
esquivando los controles
que estaban en la frontera,
oculto en todoterreno,
cual si fuera una maleta,
porque también tenía miedo
de que preso lo metieran—.
Invitado a regresar,
Don Pisdelmonte se niega:
—Ni se me ocurre volver,
porque si vuelvo, me encierran.

En esto Don Pedro Sán,
que a la sazón nos gobierna,
necesitado de votos
para aprobar nuestras cuentas,
y oteando ya elecciones
que a paso firme se acercan,
dícele: —No te preocupes,
YO te condono la deuda,
y el delitus rebelionis
de sedición manifiesta,
de separación de Hispania
y otras más graves ofensas,
te lo cambiaré de golpe
y YO haré que se conviertan
sedición o rebelión
en una simple reyerta.
Vuelve sin temor, don Charles,
que YO te abriré la puerta
y te pondré alfombra roja
para que a gusto te sientas.
Perdono el golpe de estado,
aunque tú no te arrepientas;
¡Vuelve pa Hispania, Carlitos,
que Catalonia te espera
y para ella reclama
república e independencia!
Por mi poder, te concedo
el perdón, aunque no tengas
ni dolor de los pecados,
ni propósito de enmienda.
—¿Y me impondrás, Pere Sánchez,
una dura penitencia?
—¡No! Os perdono YO a todos,
pues, en el fondo, dais pena.
Libres saldréis por Las Ramblas,
el Nou Camp y La Pedrera,
y podréis pasear libres,
sin nadie que os detenga,
de Barcelona a Tarraco
y de Yirona hasta Lleida.
—Pues por ser vos tan magnánimo,
déjeme que le prometa
que volverémoslo a hacer
antes de la primavera.
—Aunque dicen por aquí,
los fachas de las derechas,
que es una barbaridad
que os rebaje las penas,
y que volveréislo a hacer
antes de la primavera,
YO, Pedro, no le hago caso,
a tales maledicencias…
¡YO seguiré en la Moncloa
tocando la pandereta!
—En eso tienes razón,
pues lo tuyo es una juerga…

Entretanto, doña Irene,
la que apellida Montera,
saca la ley «Sí es sí»
y comienza otra polémica…
Pero eso lo trataremos
en nuestra próxima entrega…

¡¡¡Cosas veredes, amigos,
que farán fablar las piedras!!!