Francisco Javier Sancho Fermín

De bien en mejor

Francisco Javier Sancho Fermín


La necesaria autoestima

29/01/2021

Con frecuencia nuestros estados de ánimo habituales nos hablan de cómo nos miramos a nosotros mismos. Es muy probable que, cuando la insatisfacción, el pesimismo, la angustia, o la tristeza y otros estados de ánimo “negativos” nos dominan, en el fondo hay una cierta carencia de autoestima. Quizás porque no estamos satisfechos con nosotros mismos, o porque aún no nos hemos liberado de heridas de nuestro pasado, o porque hay vacíos que somos incapaces de llenar, o porque seguimos culpando a otros de nuestros males y carencias.
Hoy en día hay abundante literatura que nos promete soluciones rápidas y fáciles, como si cambiar de raíz el problema resultara una cosa sencilla. ¡Sé optimista! ¡Piensa que vas a lograr tus objetivos! ¡Ten pensamientos positivos! O practica la meditación y verás cómo cambia tu percepción de las cosas. Muchos consejos que, a la luz de lo que está de moda, parecen poder dar buenos resultados. Pero con el paso del tiempo uno se da cuenta de que, o no cambia nada, o que uno se encierra en una especie de burbuja de autocomplacencia.
Pero el problema fundamental sigue sin resolverse. Aunque uno quiera ignorar sus pensamientos y sentimientos, aunque uno quiera vivir como si el pasado no existiese, la huella que ha dejado en lo profundo no se borra. Y antes o después vuelve a surgir como un fantasma que no entendemos ni controlamos. 
Las consignas de ¡consigue lo que quieras! o ¡haz de ti lo que te gusta! o ¡se lo que tú quieras!, si no se fundamentan en la verdad y naturaleza propia de cada uno, lo único que terminan provocando es un rechazo aún más profundo de uno mismo, una falta de aceptación y conformidad con lo que uno es. Y eso significa una gran falta de autoestima, de amor hacia sí mismo.
Hay muchos mensajes ambiguos que crean confusión y que fácilmente nos sumergen en la ilusión de lo imposible, pero que terminan siendo terriblemente dañinos para la persona. La base del éxito no está en los triunfos externos, aunque nos lo vendan de color de rosa. El verdadero éxito de la vida se radica en la capacidad de mirarse a uno mismo en lo que es, y no en lo que aparece y le gustaría ser. Y mirarse con ternura, con realismo, con la certeza de que soy lo mejor que puedo ser, porque centrado en mi identidad profunda, y no en lo que las modas, ideologías o tendencias quieren hacer de mí. 
En estos tiempos difíciles que vivimos, donde se han multiplicado exponencialmente los problemas existenciales y psicológicos, se hace urgente dirigir la mirada hacia aquello que puede sostenernos y darnos la suficiente resiliencia interior.
La base de una vida feliz, de una sociedad madura se miden por la capacidad de autoestima de las personas, donde cada uno se acoge a sí mismo en lo que es y le capacita para acoger a los otros en su manera propia y diferente de ser. El silencio y la soledad a la que en cierta medida nos han condicionado estos tiempos, quizás puedan ayudarnos en este proyecto de vida verdadera para lo cual tantas veces no le dedicamos el tiempo necesario. O bien porque creemos no tenerlo, o porque las circunstancias no lo favorecen.
No es nada nuevo. Ya los pensadores antiguos lo sabían. Y hasta el oráculo de Delfos lo anunciaba: conócete a ti mismo. Es decir, conócete, acéptate, ámate.