Hablemos de los indultos. Los indultos van a llegaaarrr…Como el Milenarismo, que anunciaba Arrabal. Como la tormenta. Mediarán antes unos cuantos ¡uys!, ¡ays! y algún que otro ¡mecachis! Habrá incluso una manifestación contra ellos…pero llegarán. Lo harán con el común pendiente de meter en la maleta las bermudas y el flotador. Si suena la flauta, puede que también andemos ocupados en ver a la Selección avanzar de ronda en la Eurocopa. Vamos, que estaremos a otras cosas. La medida de gracia le permitirá a Sánchez tirar dos años, aguantar la legislatura, y esperar a que escampe. En 2023 igual estamos hablando de la independencia de Algete o de despoblación (a no, que de eso hablamos todos los meses de todos los años en esta tierra desde hace…)
En todo este proceso de preparar las tragaderas de la opinión pública para aceptar los indultos a los presos del procès habrá que reconocer la capacidad de Junqueras de llevarse al huerto a los presidentes de turno. Lo hizo con Mariano Rajoy, con la famosa operación diálogo y esas poses de fray Oriol junto a la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, tan felices y contentos de haberse conocido. Lo está haciendo con Pedro y los que le adulan. Esta semana tocaba decir que los indultos son bienvenidos y no que se los meta Sánchez por el orto, como decía hasta antes de ayer.
Oriol y Pedro han desconcertado a los rivales en los últimos días. El primero tiene mosqueados a sus socios de Junts y la Cup por su renuncia a la vía unilateral. El segundo ha provocado que varios barones del PP (categoría en la que se incluye a Mañueco) estén llamando estos días a los parientes para que les inviten a algo que les sirva de excusa y no tener que acudir a la manifestación convocada en la plaza de Colón mañana domingo contra los indultos. ‘Compromisos familiares’, han puesto de excusa unos cuantos, entre ellos el presidente de la Junta, para esquivar la foto junto a Abascal. Y es que, a quién se le ocurre programar actos públicos en plena temporada de bodas y comuniones.