Fernando Lussón

COLABORACIÓN

Fernando Lussón

Periodista


Disfrutar del momento

31/10/2020

El Producto Interior Bruto registró un aumento histórico del 16,7% en el tercer trimestre, el segundo incremento más elevado de la serie histórica, cuya consecuencia es la salida de España de un periodo de recesión y un crecimiento que mejora las previsiones del Gobierno sobre su crecimiento a finales del año. Al Gobierno le toca, con estos datos, disfrutar del momento, sentir un pequeño alivio y sacar pecho sobre las fortalezas de la economía española para cuando sea posible volver a la normalidad, después de ser la segunda economía que más ha aportado al crecimiento del PIB europeo, aunque la economía española haya caído el doble que en la zona euro.  

Y debe hacerlo porque los datos favorables es muy posible que no tengan continuidad en el cuarto trimestre. La salida del confinamiento domiciliario, las vacaciones de verano, el aumento del consumo de las familias una cierta revitalización del sector servicio y un sector de la hostelería y el turismo que funcionaba a medio gas han sido las causas del incremento de la actividad económica.     

Sin embargo, todos esos pronunciamientos favorables volverán a sufrir un retroceso con las nuevas medidas aplicadas como consecuencia de la segunda ola de la pandemia de la covid-19 que ha obligado a aplicar confinamientos perimetrales y restricciones a los movimientos, cierres en hostelería y otro tipo de actividades relacionadas con la cultura y el ocio junto a las reducciones de aforo en los establecimientos comerciales.     

Si una buena parte de la recuperación económica del tercer trimestre ha estado sustentada por la demanda nacional que aportó 14,9 puntos al crecimiento del PIB ya existen indicadores y prospecciones que vaticinan un descenso del consumo de las familias producto de los confinamientos y del temor a perder los puestos de trabajo. Así, si entre julio y septiembre la actividad ha crecido por encima de las previsiones, el cuarto trimestre puede volver a suponer una caída que no ayude a romper la barrera de un decrecimiento del PIB anual que se situaría en el entorno del 12%.    

Los datos del PIB han tenido otros dos datos positivos, la demanda externa contribuyó con 1,8 puntos, mientras que la inversión también registró un avance histórico del 19,9% En ambos casos, se trata de las mayores aportaciones de la serie histórica, que viene de un retroceso también histórico, mientras que las exportaciones e importaciones se dispararon igualmente en el tercer trimestre, lo que supone que la economía española mantiene la capacidad exportadora y que los empresarios conservaban la confianza en una pronta recuperación. En cuanto al empleo se recuperaron 570.000 puestos de trabajo con un 80% de trabajadores en ERTE de vuelta a sus puestos de trabajo. Todo mejoraba… hasta la llegada de la segunda ola.  

El hecho de que los confinamientos aprobados por los gobiernos autonómicos tengan como salvedad la posibilidad de desplazarse para acudir a los lugares de trabajo facilita en este caso que la actividad económica no se haya parado –salvo en los sectores mencionados- pero también todos los condicionantes del último trimestre con la desaparición de muchas actividades temporales contribuirán a que no sea posible mantener el nivel de recuperación, que en cualquier caso está previsto que quede por debajo de los niveles previos a la crisis. Y volverá otro momento de decepción.