Editorial

Las inversiones del Estado consolidarán el estancamiento

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El proyecto de Presupuestos Generales del Estado inicia desde esta semana su andadura parlamentaria, pero, como viene siendo habitual desde el estallido de la anterior crisis, la perspectiva para Ávila es poco halagüeña. Si en el conjunto de la región, las inversiones crecen moderamente, en nuestra provincia ese horizonte es muy negativo, con una caída de las mismas del 45% respecto a los últimos PGE en vigor, los de 2018. Hubo unas cuentas posteriores que no resultaron aprobados, que incluso contenían mejores consignaciones para el desarrollo de Ávila. Hablamos en el actual proyecto de una inversión directa de los ministerios y de las entidades públicas de 17,9 millones de euros, una cifra a la cola de Castilla y León y la sexta más baja en todo el país, teniendo en cuenta que provincias como Vizcaya o Gipuzkoa, aun por detrás de Ávila en ese ‘ranking’, gozan de una autonomía financiera tal que las hace menos dependientes de estas cuentas generales. En este proyecto de Presupuestos Generales del Estado de la COVID no hay proyectos nuevos para Ávila, salvo el del abastecimiento de la capital desde el pantano de las Cogotas, con una partida de 245.000 euros, una manera plausible de afrontar la materialización del esperado proyecto, paradógicamente, y a última hora, entorpecido por la polémica surgida en el ámbito municipal, que incluso ha puesto en duda la idoneidad del mismo.  Así mismo, en materia de inversiones reales, materiales, es positiva la continuidad de las partidas para mejorar los polígonos de la capital, aunque con la salvedad de que el millón de euros consignado al Plan Ávila 2020 esté muy alejado de las perspectivas de inversiones anteriores, como ayer se ocupó de recordar el Pleno del Ayuntamiento. La recurrente presencia del montante del Palacio de los Águila, el también denominado Prado Abulense, paralizado desde hace muchos años, se convierte, aparentemente, en una anotación de mero ‘postureo’. 

Pero lo más preocupante de este proyecto es que lo relacionado con las conexiones y comunicaciones terrestres de Ávila siga absolutamente marginado entre las prioridades del Estado. A pesar de que la iniciativa de esta infraestructura parte de la Junta, el compromiso de cofinanciación estatal de la conexión de la ciudad amurallada con la A-6 por autovía vuelve a anotar una partida pequeña, apenas para la tramitación inicial; en cuanto a la A-40, su exiguo epígrafe presupuestario es casi ‘un clásico’, con 100.000 euros, en el grupo de los proyectos de carreteras de menor entidad de todos las que corresponden a Castilla y León. Y es que estos dos enlaces, el de la A-6 y el de la A-40, son claves para insertar a Ávila en el tronco del Corredor Atlántico, y sobre todo, y ello ya más corto plazo, para mejorar el emplazamiento y el desarrollo industrial y logístico de la futura Nissan. Los planes para Ávila aún son mejorables durante la tramitación y también si hay voluntad de la Junta de que los fondos regionales de la covid compensen las insuficiencias de que, una vez más, adolece la inversión destinada a Ávila en los PGE.