Pilar Iglesias

Pilar y sus cosas

Pilar Iglesias


Gatos. Amor. Y muerte

28/08/2022

¿Qué es el amor? El último café lo dejamos en ese asunto, aunque hoy no me voy a dirigir por aquellos derroteros. El tema me vino por una pregunta lanzada en una especie de documental que me hizo ver Lara sobre gatos. Sabe que yo soy de perros y, aunque me plantee tener un gato en acogida, al final deseché la idea por dos motivos: uno, no sé nada de gatos y dos, porque lo de acogida se convertiría en definitivo y no puedo ocuparme de más animales. Fue divertido ver ese programa aunque no aportó ninguna idea nueva y solo me preguntaba ¿más de mil horas repitiendo el mismo experimento? Y de nuevo vuelta a Pavlov, y de nuevo una enorme importancia a algo que, seamos serios, no la tiene, además de para arrojar los mismos datos que con perros. Que unos vienen de los guepardos y otros de los lobos, al final monta tanto. Las diferencias son nimias. Las hay. Y otras tantas leyendas urbanas. Pero dos o tres cosas se quedaron revoloteando en mi cabeza. Por un lado son animales nocturnos, por otro lado son carnívoros, con total lógica, y siempre dándoles pescado cuando lo que quieren en una buena ternera. Pero la pregunta que me golpeó y me despertó del letargo fue ¿Nos quieren los gatos? Bueno, a sus dueños, quienes tengan gatos. No creo que a mí me quiera ningún gato. La respuesta fue convincente: el amor es un sentimiento muy complejo que implica ciertas capacidades que quizá los animales no posean. Y me pregunto entonces volviendo al principio ¿Qué es el amor?
Soy hija de los '90 y por ende tengo interiorizado el concepto de príncipe azul. Ese hombre que llega, te salva y te protege y del que te enamoras a primera vista. Hablando de amor romántico, claro está. Pero para nada es un amor fácil. El sentimiento sí, pero llevarlo a cabo es una tragedia. Dolor, melancolía, angustia, miedo y convenciones sociales. Todo imposibilita la consecución del sentimiento. Quizá algún día haga una exégesis de las princesas Disney desde Blancanieves hasta Elsa, pasando, cómo no, por Bella. Fue mi referente. Aunque realmente, más allá de ser una chica a la que lo único que le interesa es leer y salvar a su padre, no tenemos mucho más que ver. Y el amor de Bestia, tela con Bestia, es un amor interesado aunque al final haya redención. Y me pregunto ¿hay amor desinteresado?
El amor es uno de los sentimientos más egoístas que existen. Y el que más miedo da. Piensa en su alter ego. La muerte. No estoy hablando en sentido lingüístico, sino en sentido pulsional. Por un lado tienes la creación, la supervivencia, la pulsión del eros (terminología freudiana) y por otro la desaparición, la finitud, la pulsión del thanatos. Estas dos inclinaciones han provocado en los seres humanos la idea de la permanencia tras la desaparición, la creencia en una vida ulterior, en seguir teniendo sentido. Uno de los orígenes de las religiones. El amor es lo que mueve el mundo (aunque sea amor al dinero). Permítame citar a uno de los primeros pensadores, quien ya habló del amor como principio de unión y del odio como principio de separación. Empédocles: Philía y Neikos causas del nacimiento y de la muerte, respectivamente, en el universo. En este caso se está refiriendo a una cosmogénesis y debe configurar las características físicas de cada principio para llegar a los elementos. No es momento. Pero quédese con la idea de la contraposición que llega hasta nuestros días: Amor/Muerte.
¿Por qué lloras cuándo fenece alguien? ¿Por quien se ha muerto o por ti? Por la idea de la desaparición, porque no vas a volver a estar con esa persona. Luego hay otros motivos, pero esencialmente lloramos por nosotros. El amor es egoísta, busca la satisfacción propia a través del objeto deseado. Pero, y ya llegó Platón (otro día hablamos del amor platónico, que no es para nada lo que han venido a identificar con ese concepto de crush, pero que hablen de Platón para mí ya es suficiente) para Platón el amor no es posesión. NO. Cuando posees lo que amas dejas de amar lo que posees. Consiste más bien en una oscilación entre poseer y no poseer. Una tendencia constante, una aspiración. Un deseo. Y un temor. Kierkegaard. Diario de un seductor. «Yo no poseo: estoy poseído por otro, soy tuyo, y dejé de ser para ser tuyo». Y unas líneas más abajo, en otra breve entrada se pregunta: «¡Mía! ¿Qué quiere decir esa palabra? No es mío lo que me pertenece, sino aquello a quien yo pertenezco.»
El amor, desesperado, desposeído, expectante, egoísta. El amor como conservación de lo que amas, incluso lejos de ti.