Abel Veiga

Fragua histórica

Abel Veiga


El mundo después de Rusia

24/01/2023

La guerra como todas las guerras concluirá.  Lo hará con un reguero de muerte y destrucción atroz. Y la comunidad internacional seguirá a lo suyo. La hemorragia de dolor, de odio, de resentimiento y recelo permanecerá vivo durante décadas. El daño está hecho. Irreparable. Rusia no es una democracia. Tampoco lo es en verdad Ucrania. Al menos homologable esta última a otro país europeo occidental. 30 años de independencia no ha creado aún una estructura sólida. La corrupción de los noventa y primera década ha hecho mella. No hay un parlamento. En tiempos de guerra es difícil que lo haya eso también es verdad. 
La muerte el miércoles de la semana pasada del ministro del interior y toda su cúpula es un fuerte golpe para Zelenski. Tal vez no hay accidentes en tiempos de guerra. Tal vez sí.  Pero hasta el momento no había muerto nadie del gobierno ucraniano. Y los medios desvelan que el propio presidente ha sufrido, al menos, una docena de intentos de atentados contra su vida. 
Ignoramos lo que esto podría suponer y lo que haría Washington y las posibles líneas rojas marcadas en torno a la vida de Zelenski.
El mundo ya ha aceptado esta guerra. Con o sin tanques alemanes. Como lo han hecho los ucranianos. Tal vez los propios rusos no sean conscientes y conocedores de la verdadera magnitud y realidad de la misma y el altísimo coste en vidas humanas. Rusos que mueren por miles ya y que son reclutados de la Rusia más profunda y oriental. No de la más europeizada y comunicada. 
Rusia sobrevivirá a la guerra a un alto coste que en todo caso será menor que el que sufra Ucrania antes de su reconstrucción. Las sanciones se mitigarán y se recompondrán a medio plazos relaciones económicas y políticas. Probablemente la etapa Putin toque a su fin. Y otros vendrán sin que se sepa quien o quienes de momento. Y todo seguirá aparentemente igual. Pese al daño, la destrucción y el recelo entre vecinos. Veremos qué pasará con Crimea y todo el Donest.
Y Estados Unidos y Polonia pero también Reino Unido, Alemania y Francia sobre todo, se dedicarán a la tarea de la reconstrucción material y humana pero también se beneficiarán del negocio de la reconstrucción con su empresas, suministros y servicios.
Esta historia es la misma de siempre. Guerra y reconstrucción. La guerra es un negocio, la paz no.
Y veremos si hay o no generaciones traumatizadas y hasta donde por esta guerra tan ilegítima como absurda. 
Rusia es hoy una potencia media. Un actor que en dos décadas ha ido erosionado credibilidad y confianza. Pudo ser otra cosa y verdaderamente una democracia y transitar hacia ella. No lo es. No lo será en mucho tiempo. Veremos como convulsiona o no y si se sacude o no los vestigios autoritarios y sus oligopolios económicos y empresariales tan vinculados al poder.
Pero será eso, solo una potencia media aunque con armas nucleares.  La lucha es entre los norteamericanos y chinos por una hegemonía discutida por ambos y donde las guerras, ya sean militares, económicas, ciberseguridad, etc., se librarán en otros países y nos afectarán a todos.