Pdría decirse que es de chirigota todo lo que nos está tocando vivir de no ser porque afecta a cuestiones absolutamente trascendentales e importantes.
Los españoles sin duda alguna estamos demostrando que somos gente con una resistencia que envidian todas las naciones.
Estos días en los que han metido en el talego al delincuente reincidente, que se supone que sabe cantar, Pablo Hasel tenemos que soportar ver a una panda para la cual no tengo calificativos, enarbolar la bandera de la libertad de expresión para pedir que suelten a este tipejo.
Después de las muertes, asesinatos, secuestros y demás violencia que hemos tenido que soportar los españoles por el ataque violento de la banda terrorista ETA (ahora blanqueada en la figura de Bildu) nos quieren obligar a que después de leer frases como: «No me da pena tu tiro en la nuca, pepero» o «¡Merece que explote el coche de Patxi López!», sonriamos como si nos pareciese bien.
Lo mismo ocurre con el fugado, a imitación de Puigdemont, de Valtonyc, que soltó lindezas como: «Llegaremos a la nuez de tu cuello, cabrón, encontrándonos en el palacio del Borbón, kalashnikov» o «Dicen que pronto se traspasa la cloaca de Ortega Lara (532 días secuestrado) y muchos rumorean que Rubalcaba merece probarla, complejo de zulo mi casa a ver si un día secuestro alguno y le torturo».
Pero qué podemos esperar si por ejemplo Isabel Serra cobra un sueldo público y es representante de todos los madrileños en la Asamblea de Madrid, después de haber sido condenada por gritar a una agente de la Policía Nacional la siguiente lindeza:»Cocainómana, hija de puta, que te follas a todos los policías, tu hijo debería pegarte un tiro». También hay que tener en cuenta que el Vicepresidente ‘de segunda’ del Gobierno, sembrador de cizaña entre españoles de primera categoría, cuando aún no se había encamado con Pedro Sánchez dijo: «Hemos visto como algunos manifestantes les rodeaban y efectivamente agredían a un policía. Sé que esa imagen se ha utilizado para criminalizar a los manifestantes, pero tengo que reconocer que me ha emocionado».
Y es que la libertad de expresión no puede amparar todo y además es mucho más hiriente la expresión de opiniones que afectan a unos que a otros. Sin ir más lejos una edición de esta humilde columna de opinión provocó una furibunda reacción debido a que el título de la misma (Hambre, peste y piojos) provocó enormes heridas en la fina piel de concejales, procuradores e incluso ex Delegadas del Gobierno del partido socialista y de IU (antes de ser fagocitado por podemos y vendida por un par de botellines a Pablo Iglesias).
Y lo que ya desde luego no tiene ningún pase es que un señor que cobra del erario público, que nos representa a todos los españoles en el Congreso de los Diputados y que encima es portavoz de una formación política, incite a la violencia, al pillaje, a las agresiones y a la guerrilla callejera contra la Policía. Me gustaría saber qué ocurriría si alguien cantase en una letra, por ejemplo: «Cuando pides a Stephen Hopkins en Aliexpress y te llega Echenique».
Al final y volviendo a título vamos a ser como Manolito ‘El Desagradable’ de la Brigada Amarilla: ¡libertad de opinión tú!