Pilar Álvarez

Lo social

Pilar Álvarez


La frase de Thomas Hobbes…

27/02/2021

Desde el Renacimiento, el ciudadano gana protagonismo, y aparece como la clave del orden político y social. En consecuencia, el modelo político que se impone es el del  contrato, entre todos los miembros de la sociedad, un pacto social entre libres e iguales.
Sin embargo esto se olvida en la práctica, y todos se sienten con derecho a todo, considerando que  la naturaleza humana  no ha marcado ningún límite, surge el inevitable predominio de unos sobre otros. En este contexto, la frase de Thomas Hobbes «el hombre es lobo  para el hombre» se hace presente. Mientras las voluntades se dirijan al bien privado, padecemos que la voluntad se ejerza por el interés común, olvidando que esta última es el verdadero motor del cuerpo social.
Los actos libres son imputables al sujeto que los realiza, sin su querer no se hubieran producido. Quien obra es quien escoge  los fines, por consiguiente es quien puede dar las explicaciones correspondientes sobre los hechos. La libertad nos da el poder de elegir, la responsabilidad es la actitud para dar cuenta de la elección libre y responsable, son dos conceptos paralelos e inseparables, por eso se dice que a la Estatua de la Libertad le falta la Estatua de la Responsabilidad. 
La dignidad del hombre exige una educación, la misma que le permita comportarse de forma libre y responsable. Por eso democracia significa educación para todos, sin cierto nivel cultural medio la democracia es inviable. Sin embargo también la democracia exige que todos miremos a la ley como obra nuestra, sometiéndonos a ella sin esfuerzo, sería la única opción de exigir ante el gobierno la ley justa, dado que es ella, y no el capricho, quien debe regir la conducta personal. Pero la ley no triunfa sino hay autoridad, más la autoridad democrática, apela a la libertad, una libertad responsabilidad con racionalidad de las personas. 
¿Quizás nosotros los españoles tengamos ese complejo de inferioridad democrática?, y actuamos demostrando a toda costa lo progresistas y demócratas que somos, cuando la realidad mental es justo lo contrario. Somos un pueblo, el español, que vive anclado en un sempiterno de las diferencias, ideológicas, regiones, religiones y políticas interminables. «La gente no es de España, es de su ciudad y Región» y esto continúa. «Es uno de los primeros planteamientos que debe hacerse la ciudadanía».
No tenemos una mentalidad progresista. Fernando Savater nos dice que «sufrimos agravios de hace tres siglos, pensamos en las raíces del pasado, en nuestro lugar de procedencia, y en la historia», olvidando que «lo más importante y lo que nos debe de arrastrar está en el futuro».
Lo más doloroso, la ignorancia imperante, donde la más mínima excusa basta para que saquemos las patas del tiesto, y se dé rienda suelta al todo vale. Y en nombre de la libertad algunos ponen en práctica su máxima. «Hago y digo lo que me da la gana, porque esto es una democracia».
  La democracia se trata de una igualdad para todos, inseparable de la tolerancia y del respeto al otro, suprimiendo las diferencias escandalosas. Fernando Savater asegura que «para que la democracia funcione debemos ser iguales ante la ley y libres ante la fe».
Queridos lectores, seguimos superando con dolor constante esta terrible pandemia, por el fallecimiento de familiares, amigos, nuestros semejantes.  El miedo aún no se ha ido, por esto, ni un cristal roto en las calles, ni violencia ante la imposibilidad de no poder despedirnos de los seres queridos. Sin embargo, los últimos acontecimientos de expresión y vandalismo callejero, nos hacen reflexionar ante la libertad y la democracia.