Sara Escudero

Desde la muralla

Sara Escudero


Los otros nortes

09/07/2022

Siempre se dice que no debemos perder el norte. En verano buscamos el sur. En otoño me voy para el este y en vacaciones siempre vuelvo al oeste. La vida son los cuatro puntos cardinales, los mapas que marcan cómo llegar de un punto a otro, estableciendo rutas que tienen como hitos la familia, la amistad y los lugares nuevos por descubrir.
Siempre me digo a mí misma que no podemos perder el norte. Aunque la brújula a veces se vuelve loca. Dicen que puede desmagnetizarse, aunque que hay veces que también duda sobre el rumbo y no quiere ser clara, por si otras coordenadas pueden ser también válidas cuando el futuro es incierto. 
Los del sur quieren encontrar también su norte. Los del menos norte miramos al más-norte con envidia. Los del este huyen al oeste. Los del oeste buscan cruzar el charco y llegar al nuevo este. Puede ser que la brújula ya no funcione correctamente o que estemos metiendo un destino que no es real, que es sólo una quimera. Puede ser que busquemos el norte magnético o el norte geográfico. Puede ser que estemos equivocados en el destino y por eso estemos en continua búsqueda de un futuro mejor. A fin de cuentas ¿quién define cuál es el mejor norte de todos?
Los faros nacieron y resistieron para ser emisores de luz a intervalos y así, orientar de noche a los navegantes. Quién fuera faro y farolero en una noche de tempestad para indicar el camino a buen puerto. ¡Oh, estrella de los vientos! Navega viento en popa a toda vela. No ceses en el intento de buscar este norte u otros nortes más apropiados. Da cobijo a quienes huyen de su propio sur, de su otro punto cardinal. Marca el rumbo del viento que lleve a la felicidad, pero no pares en medio del mar. Acompáñanos hasta el faro, él sabrá cómo llevarnos a tierra firme un día más. No queremos más fallecidos, más cementerios subacuáticos, más muertes en la frontera, más penas en busca de «los otros nortes». No queremos más naufragios, más saltos a las vallas, más búsquedas de nortes si no sabemos muy bien cuál es nuestra ubicación en el mundo, ni actual ni a tiempo real.
Sé brújula, sé mapa, sé compás trazando destinos. Sé la propia aventura dentro de la aventura del vivir. Sé cobijo y brazos para los que huyen. Abrazos para los que adolecen. Destino para quienes, a pesar de la incertidumbre, no tienen dónde llegar. Quizá ese sea el espíritu de la vida: ser hogar donde septiembre nunca llega.

ARCHIVADO EN: Naufragio