Álvaro Mateos

El Valtravieso

Álvaro Mateos


90 años de unas elecciones municipales que cambiaron la historia

12/04/2021

No hace mucho tiempo, investigaba en el Archivo Municipal del Ayuntamiento de Ávila y me encontraba con unas preciosas actas escritas a mano y coloreadas, un documento que fotografié para una de mis últimas publicaciones, como era la “Entrega de la Administración Municipal” al Comité Republicano-Socialista de la ciudad, fechado un 18 de abril de 1931.

Se acababa de proclamar la Segunda República y, aunque en Ávila las elecciones municipales del 12 de abril las habían ganado candidaturas monárquicas, con 12 concejales; frente a los 7 de candidaturas republicanas, se adoptaba esta forma de Estado, con Alfonso XIII camino del exilio. Como en el resto de España, y según la frase del almirante Aznar, Ávila “se acostó monárquica y se levantó republicana”.

Tal día como hoy, hace 90 años, la ciudad se había decantado por alternativas conservadoras y se siguió ganando el título de “Ávila del rey”. Sin embargo, poco a poco iban llegando noticias de Madrid y, con la proclamación de la República, el día 14 en el Mercado Grande comenzaron las manifestaciones con banderas tricolor. La fiesta se trasladó al Café Pepillo, donde el grito de republicanos abulenses pidió a la orquesta que interpretase La Internacional. “Nosotros no conocemos ese cuplé”, les soltó el director de la banda y, acto seguido, sonaron los acordes de La Marsellesa, que esa sí que se la sabían.  

A esta curiosa forma de celebrar la llegada de la Segunda República, hay que sumar que en el Mercado Chico estaba programada la subida del Hombre Mosca, un hábil escalador, a la fachada del Ayuntamiento. En su número final, el trepador colocó la bandera tricolor en el mástil y en la plaza, algunos aplaudieron, otros gritaron o callaron, con lo que la policía tuvo que desalojar.

Ya el día 15, de forma más organizada, se proclamó la República en el Ayuntamiento con el izado oficial de bandera, la interpretación de La Marsellesa de nuevo y una manifestación hasta el Gobierno Civil, que ocuparía Pedro del Pozo. Con cohetes y banderas en los coches, Claudio Sánchez Albornoz, Ángel Torres, Nicasio Velayos y Francisco Agustín, encabezaban la marcha.

Muchos de estos ilustres abulenses tuvieron un papel destacado en la andadura de esta Segunda República, con Velayos ocupando la cartera de Agricultura en 1935, o Sánchez Albornoz siendo ministro de Estado y uno de los presidentes de esta forma de Estado en el exilio.

Con aciertos y errores, como ilustraría el famoso “¡No es esto!”, que clamaría Ortega, el intento de incendio del Convento de los Paúles, pero también con anécdotas como las que contaba don Claudio con los socialistas de la Casa del Pueblo sacando en procesión a la Virgen de las Vacas, la República merece un estudio pausado y libre de fervores e ideología, ya que contiene momentos de nuestra reciente Historia no siempre conocidos ni valorados como merecen.

Es cierto que la Segunda República, instaurada a partir de unas elecciones municipales, terminó con un golpe militar y una guerra civil. Según escribía Sánchez Albornoz, “todo por las impaciencias revolucionarias de un pobre hombre, Largo Caballero”. Conocedor del “talante apasionado y violento” de los españoles, en 1976, don Claudio escribía: “Razonemos y estemos prontos a transigir, a buscar fórmulas de concordia en libertad”.