Aurelio Martín

LA COLUMNA

Aurelio Martín

Periodista


Redoble de tensión

05/12/2022

Muchos son los temas que se abordan, en los últimos días, en el Congreso, que levantan la lógica discrepancia parlamentaria, también en la sociedad, porque el pensamiento único no es aconsejable para el desarrollo de una democracia en libertad. Ahora, nadie dijo que la pluralidad de ideas fuera esto: una bronca constante que, lejos de parar, aumenta día a día, convirtiendo el foro político en una auténtica batalla de insultos, que van calando en la sociedad. 

Quizá las vacaciones parlamentarias navideñas puedan calmar un poco el ambiente y lograr que transcurran unos días sin sobresaltos ni titulares que exhiben enfrentamientos irreconciliables y maliciosos para la convivencia.  

En teoría la calidad democrática de un país se mide por las posibilidades de elección que tienen sus ciudadanos, cuantas más opciones, mejor, supuestamente y, en caso de que alguna de las fuerzas más votadas no obtenga la mayoría suficiente para gobernar establecer pactos para sacar adelante los proyectos legislativos, con el consiguiente protagonismo de los partidos bisagra. 

¿Qué ocurre? Debido, posiblemente, a situaciones de crisis y cambios en la globalidad, en el espectro político español aparecieron dos partidos a los extremos de las opciones más centradas, tanto a la derecha como a la izquierda, que tradicionalmente se han alternado en el poder, que están condicionando la política española, reduciéndola al enfrentamiento. Además, tienen un punto en común  -atendiendo, a la frase proverbial de los extremos se tocan- el extraordinario y férreo control de la información que ellos producen, en algunos casos hasta impidiendo el acceso a sus actos a los periodistas que no son de su cuerda o manejando un ejército de tuiteros propagandistas, que también se pueden convertir en responsables de la persecución y el odio. En esta estrategia de mensaje único está también el constante ataque a los medios de comunicación tradicionales, porque ese desprestigio les puede dar luz. 

Unos comenzaron con escraches, técnica que copiaron los otros, y subieron el tono del verbo, práctica lingüística copiada también por el antagonista, por lo que de las tribunas institucionales salen voces que nunca se habían escuchado y que, la presidenta del Congreso, Meritxel Batet, junto con sus compañeros de la Mesa que se encarga de la administración y el buen funcionamiento de esa casa, son incapaces de solucionar. 

Como problema añadido, influyen en que otros partidos se contagien para no perder votos a su derecha o a su izquierda, y terminen copiando algunas prácticas, por lo que la inestabilidad está servida si, además, hay pactos obligados de gobierno a cada lado del espectro. 

Son muchos los problemas que tiene el ciudadano, pero resulta imposible que se escuchen opiniones que puedan converger para solucionarlos sin estridencias. Hay quien no ha conocido el espíritu de la transición y lo desprecia pero, desde luego, se avanzó rápidamente en favor de la democracia que ahora se denosta por los radicales, pero cualquiera que haya conocido la época no podrá negar que, aunque se produjeran debates duros, nunca como los actuales, quedaba siempre la posibilidad de encuentro y acuerdo.