Francisco I. Pérez de Pablo

Doble click

Francisco I. Pérez de Pablo


A quién queréis los ciudadanos

23/05/2023

Siguiendo el texto bíblico, la respuesta sería a Barrabás. Cuando llega una cita electoral como la del próximo domingo, y a eso de la medianoche se conocen los resultados, la pregunta que se hacen en los cuarteles de las formaciones concurrentes es qué han votado los abulenses. Volverá a suceder en cinco días con las urnas locales que dirán que tipo de gobierno (puro o mixto) quieren los habitantes de la Capital para una ciudad que lleva años vagando sin un rumbo cierto. 
No me refiero a la frase «aquellos que no votan como yo no saben votar», sino si lo que votan es lo mejor para Ávila o, por el contrario, el conjunto de votos –también de abstenciones– manifiesta otras realidades ajenas a lo que se supone es el objetivo de una cita electoral doméstica. En el fondo de todo ello se encuentra el llamado voto útil, pero que se considera útil para un municipio que se debate entre ser un barrio, un barrio- ciudad o una ciudad. Saber qué busca cada abulense cuando elige una papeleta es más complejo que cuando se descifraron los jeroglíficos de la piedra de rosetta. 
Se supone que el resultado final reflejará que los ciudadanos han votado al partido con mejores propuestas, sin embargo, desde hace ya unas cuantas citas electorales no parece ser así, sino que la elección entra en circunstancias muy particulares. Da igual si se propone construir la torre inacabada de la Catedral o instalar trenes bala para conectarse con Madrid…, ya que ese voto que se deposita lo es muchas veces por amistad, simpatía, afecto, en ocasiones por confianza o lealtad y en otras por enemistad, rivalidad o incluso odio. 
En mi opinión es el cabreo y no un simple berrinche lo que viene definiendo el voto abulense desde al menos las cuatro últimas legislaturas (coincidente con el primer Ave que llegó a Segovia). Ese enfado se ha dirigido a la formación cuyos representantes, pudiendo, no hicieron posible varias de las demandas que la ciudadanía consideraba justas y necesarias. Fue el PP el más damnificado perdiendo paulatinamente votos y al final la alcaldía de la capital. De momento tampoco las diversas opciones que en esas legislaturas pasadas, y la que ahora termina, obtuvieron representación municipal han conseguido revertir ese enojo de una ciudadanía que ha ido buscando con sus votos un cambio que posibilitara alcanzar muchas de esas aspiraciones.  
Cuando en la noche electoral se comiencen a abrir los sobres, las papeletas nos dirán si la amargura sigue presente entre los abulenses manteniendo su cabreo contra los mismos; si incluyen en su irritación a otros que generaron expectativas y utilizaron el cabreo ciudadano como arma de su proyecto político o añadirán alguno más (las molestas obras iniciadas a destiempo y repartidas por la ciudad serán un dato ilustrativo en el reparto de votos por barrios donde hace cuatro años ganara XAV en todos ellos menos en uno). Cabe entender el cabreo como propio de cada elector por no acertar con el voto necesario para cada momento.
En la pugna por ganar las elecciones y también la alcaldía (XAV-PP) la distancia entre el perdón y la confianza dará un resultado final donde los abulenses podrán perdonar (del todo o solo tímidamente), pero no necesariamente confiar lo que implicará que lo planteado electoralmente ha sido insuficiente obligando a revisar decisiones y estrategias. Es el vecino el que elige al alcalde y es el alcalde el que quieren que sea los vecinos el alcalde (Rajoy).

ARCHIVADO EN: Ávila, PP, Segovia, Madrid