Vicente García

El buitre de colores

Vicente García


Muchas de nuestras aves se encuentran en peligro

06/01/2022

Un año más SEO/BirdLife presenta tres candidatas para ser 'Ave del Año'. Lo que por el "título" podría parecer un privilegio, la verdad es que optar a este reconocimiento significa que están en grave peligro como ocurre con tantas y tantas especies. En el caso de las aves, su recién publicado Libro rojo de las Aves de España no hace más que corroborar el imparable empobrecimiento de gran parte de nuestros pájaros.

Según este volumen de la ONG mencionada el 25% de nuestra avifauna, un total de 90 especies, se encuentra amenazada, hasta un 56% con problemas, e incluso 12 están en serio peligro de extinción. Además 85 especies empeoran su categoría de vulnerabilidad desde el anterior volumen publicado en 2004.

Son muchos los motivos de este espectacular declive, pero la influencia humana es casi siempre el responsable principal: La contaminación, la alteración de los ecosistemas, las prácticas agropecuarias intensivas, la ganadería industrial, o el cambio climático ejercen una presión poco soportable por tan delicados animales.

Esto unido también a algunas actuaciones políticas contrarias a la conservación, como las subvenciones europeas en pro del equilibrio, pero que se emplean para modificar espacios, irrumpir con cemento, hormigón, hierro y aluminio, o hacer caminos hiriendo lugares teóricamente críticos bajo el lema de "mejorar espacios naturales"; una bonita frase para despistar pero que no responde a la realidad, hace que los estos pequeños seres tengan cada vez más difícil y complicada su existencia.

A veces el impulso de la actividad económica mal entendida lleva también a intentar realizar modificaciones inadmisibles sobre el estatus actual de lugares delicados e incluso de montes públicos, pretendiendo reducir los niveles de protección a la Naturaleza, y por lo tanto, de nuestra propia salud; algo que ya está ocurriendo en la vecina comunidad madrileña, con un anteproyecto de ley recién presentado que es todo un despropósito y que plantea un retroceso total en las garantías protectoras de los espacios naturales y cuya modificación me comentan que se ha expuesto a la opinión pública con muy poca antelación: 10 días naturales en plenas fiestas, presuntamente para evitar alegaciones en tiempo y forma, algo a lo que ciertos personajes nos tienen ya acostumbrados.

Según se informa en este monográfico de especies en peligro, actualmente alrededor de un 70% de las aves amenazadas de algún modo no cuenta con la adecuada cobertura legal y muchas de ellas deberían incluirse como seriamente amenazadas y ser objeto de una protección especial.

Mientras tanto y con la covid-19 y sus variantes como preocupación principal, apenas unos pocos se fijan en estos diminutos (algunos no lo son tanto) seres voladores. Por nuestras calles abulenses seguimos viendo gorriones (El 'agraciado' en 2021), pero que han sufrido un declive brutal en pocos años y su descenso de efectivos sigue aumentando de forma imparable.

Y es que muchos volanderos como el gorrión pasan desapercibidos y aunque salvando la enorme distancia evolutiva, tienen cierta semejanza con nosotros: son únicos y especiales, sus dibujos en alas y parte superior son todos diferentes, como nuestras huellas dactilares; también son sociales se ayudan unos a otros, aunque a veces se pelean entre sí; si un volandero se queda huérfano, los más cercanos a él se apresurarán a alimentarlo e incluso a enseñarle a volar bien si aún no sabe.

Se acercan bastante a las personas en busca de alimento, en ocasiones podríamos darles de comer en nuestra mano, pero requiere mucha paciencia y constancia porque los gorriones como el resto de las aves saben por instinto que el ser humano, como norma, no es de mucho fiar…

Mientras tanto ha comenzado la votación de la nueva ave del año. Tres candidatos han sido elegidos de entre un montón que requieren atención especial, son el aguilucho cenizo, habitante de nuestra sierra media y tierras morañegas, el alcaudón común, cada vez más escaso entre los matorrales serranos, y el alzacola rojizo, muy ligado a las viñas tradicionales y habitante de las zonas extremeñas, murcianas y alicantinas.

¿Habrán traído los Reyes algo más de empatía?