José Ignacio Dávila

Pensando

José Ignacio Dávila


Convivencia, lecciones, lealtad y notas

10/11/2022

El afán diario, el gran empeño político y ciudadano para conseguir una convivencia en paz, se manifiesta haciendo realidad la proclamación de que la acción política tenga siempre presente el proceso constituyente de cada día. La acción política leal con la Nación soberana se lleva a buen fin cumpliendo los  deberes constitucionales para aprobar, y con buenas notas porque la responsabilidad que se va a asumir en los temas de la gobernanza, requieren personas bien formadas, porque las asignaturas del programa de estudio, las prácticas,  necesitan la base de una buena formación material y moral para estar al servicio de la Nación, porque las épocas de bonanza social y sin líos son pocas y con las cosas del comer no se admiten despistes ni errores.
 Hay que sacar buena nota en la acción política y cumplir con las reglas de la convivencia. La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles, y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas. El programa de estudio de la acción política no contempla ni habla de programas máximos, ni de mínimos: reclama la lealtad constitucional, la confluencia de opciones políticas que se comprometen con la proclamación de la Nación española, para que la soberanía nacional sea igual, total y real en toda la Nación.
La lealtad constitucional exige y demanda consolidar un Estado de Derecho que asegure el imperio de la ley como expresión de la voluntad popular, y cumplir con la Constitución de todos, para llevar adelante la proclamación de Los ciudadanos y los poderes públicos están sujetos a la Constitución y al resto del ordenamiento jurídico. Esta lealtad no recoge desequilibrios en ningún espacio de la soberanía nacional para evitar que los fantasmas y desastres del pasado se repitan como herejías políticas que resurgen cuando la sociedad civil se debilita. Las crónicas familiares de los desastres de la convivencia libre se transmiten, como los libros de estudio de la acción política para que los derechos y deberes constitucionales de una sociedad libre no se descuajaringuen por falta de lealtad constitucional. El real compromiso con la soberanía nacional que reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado.
La convivencia en paz y sin líos tiene sus reglas de acción política decente, en el texto de la ley y en la suma de lecciones de la experiencia. En la historia real inolvidable de la sociedad real, en las experiencias de lo bueno, malo y mejorable, no se admite el peligro del olvido de las reglas del compromiso y lealtad con nuestra Ley fundamental. Esta lealtad reclama que se garantice la convivencia sin parcelas que avalen diferencias de derechos y lealtad con el compromiso del consenso constituyente; a) no debe olvidarse por ninguna de las opciones políticas firmantes del pacto para la convivencia posible; b) favorece el encuentro positivo  en una vida en la paz de todos los españoles, para concurrir con el compromiso por la convivencia y respeto del Estado constitucional por la Justicia social como ciudadanos soberanos y libres; c) sin vuelta al ocultismo de los tiempos de división y enfrentamientos fanáticos, caminando en paz, bajo la luz de la lealtad constitucional; d) sumen su aportación, en la suma de razones que hace de la pluralidad la fuerza social para seguir sumando riqueza en recursos económicos para llegar bien a fin de mes y valores constitucionales sociales para llegar bien a fin de mes, en casa, barrio, pueblo, ciudad  con sana y tranquila vida en paz y sin sobresaltos. El pacto constituyente de cada día debe hacer posible la concordia, sumando lo que dice nuestro sabio diccionario de la Real Academia de la Lengua: concierto o tratado entre dos o más partes que se comprometen a cumplir lo estipulado por las opciones políticas dirigidas al bien de toda la nación soberana, del Estado.