Fernando Aller

DESDE EL ALA OESTE

Fernando Aller

Periodista


Tapados

21/01/2022

A medida que avanza la campaña electoral es más notoria la impresión de que Castilla y León ha sido territorio elegido para medir sus fuerzas los líderes nacionales de los partidos políticos. Los candidatos aspirantes a la presidencia de la Junta aparecen diluidos, sin garra, o simplemente ausentes. Tapados. Hay grados, pero así están las cosas. El aspirante a repetir en el cargo de presidente, Fernández Mañueco, es el más reconocible, como corresponde a la notoriedad que le otorga el cargo, ahora interino. Así y todo, en el arrastrado debate de la carne, es Casado quien más sale en la tele acariciando a las vacas y friendo un chuletón sin fuego. No menos protagonismo acapara Isabel Díaz Ayuso, personaje con un comportamiento que a muchos sonroja, otros aplauden con fervor, pero a nadie deja indiferente. Ambos convierten en comparsa al compañero. Y ya se sabe que el principal reto para un político es ser conocido, aunque no signifique lo mismo que reconocido.
Ese es el problema, aumentado, de Luis Tudanca. Ni conocido ni reconocido. El candidato lo fía todo a la fortaleza de las siglas socialistas y a su líder nacional, Pedro Sánchez. Nadie critica y nadie ensalza al opositor socialista a presidir la Junta de Castilla y León. Un ninguneo que es superado por el resto de los candidatos que se presentan bajo siglas de ámbito nacional. El asunto no está en la calle, no preocupa. Da la impresión de que solo los más informados saben quién es el candidato de Unidas Podemos, muy pocos que Igea se presenta por Ciudadanos de Valladolid, nadie los nombres de los cabezas de lista de cada provincia y menos aún quienes aportan propuestas que no sean palabrería al uso, lugares comunes.
¿A quien beneficia esta campaña por elevación, este afán desmedido de los líderes nacionales de chupar cámara y de provocar, más directa que indirectamente, el velado de la imagen de los aspirantes a presidir el gobierno autonómico? El PP da por hecho que la descalificación de Sánchez, en plan mantra, es factor de éxito. El PSOE entiende que la gestión de Pedro Sánchez se defiende a sí misma, ofrece mucha luz y poca sombra. Uno de los dos se equivoca, pero resulta evidente que Casado es el que más arriesga.