La mentira y el engaño son modelos referenciales que se han impuesto en nuestra sociedad a través de la gestión de nuestros dirigentes. Y el discurso o el relato bien elaborado, se convierte en el formato sobre el que se levanta el edificio de la manipulación.
Desde la tribuna política española todo es manipulación, sobre todo cuando el tono de unas palabras no se ajusta al cargo que se representa o al universo político en el que se mueve. Lo único que cambia es el protagonista, el personaje que ejercita mediante el lenguaje el malabarismo adecuado que, supuestamente, le otorga credibilidad o autoridad. La saturación de actuaciones de este tipo señala rápidamente a quien está en la tribuna, por lo que puede quemar su barco antes de llegar a puerto.
Los españoles llevamos tres años y medio soportando en nuestras vidas la tortura «demócrata» de un gobierno que ha superado todo tipo de contratiempos gracias a señalar que, quien no aplauda cada una de sus iniciativas, es un antidemócrata, cuando no facha.
Tanto el presidente como su orquesta de serviles mantenidos llevan una legislatura bloqueando las iniciativas económicas de los españoles y actuando arbitrariamente con el único objetivo de sobrevivir a los temporales. Pero la culpa no es suya, es de los demás.
Manipulación es anunciar una ley de paridad -iniciativa exigida por Europa- como algo original y hacerlo en víspera del 8M con la única intención de «vender» que nuestro presidente piensa en las mujeres cuando su único objetivo es ocultar asuntos que le perjudican especialmente: violadores con rebaja de penas, hombres que pasan por registro para cambiar de género, etc.
Manipulación es calificar de antipatriota -¿ahora los socialistas son patriotas?- a un empresario que, gestionando bienes de accionistas, decide trasladar la sede fiscal de la empresa dentro de Europa y olvidarse de otro muy amigo de Moncloa -comunista- que lleva ya muchos años fiscales en otro país europeo.
Manipulación antipatriótica es animar a que un fondo de capital riesgo con sede en Reino Unido -que ya no es Europa- se haga con la mayoría de un medio de comunicación español en quiebra y entre a formar parte de una empresa estratégica con alta participación del Estado, aunque ahora ya no sirva a los intereses de Sánchez porque ha encontrado a otro personaje que le redacta mejor los titulares mediáticos.
Manipulación es que cierto líder de la izquierda desde la sombra ponga en marcha un canal de televisión para «defender a los de abajo» y «competir con la derecha mediática» que es la que está engañando a todos. Y lo hace porque necesita libertad de expresión, la que niega para todos los demás, y para ello cuente con ese empresario comunista.
Manipulación es dar más derechos al okupa que al propietario, defender al ladrón frente a la persona honrada; aprobar una ley con la que se crea un «impuesto de solidaridad» a las grandes fortunas; o decir que la subida de las pensiones es para que los abuelos puedan ayudar a sus hijos-padres y nietos.
Manipulación es que la realidad que sostienen valores como igualdad, diversidad, infancia, inclusión, familia, sexo, religión, libertad o autonomía personal,           desaparezca; que mi realidad no exista o se reutilice negativamente hacia mi persona; que se me tache de racista por no aceptar lo que dicen, de xenófobo por denunciar el coste de los extranjeros ilegales; que me digan cómo debo vestir, jugar, comer, con quien reunirme pero que no se preocupen realmente por si me suicido o por la salud mental de los ciudadanos; que no valoren mi trabajo, mis estudios, mi dedicación y entrega, que se atribuyan los éxitos a sus políticas de intromisión personal y familiar; que hablen de paridad sabiendo que por el hecho de ser mujer ya sales con ventaja social; que el bienestar de los animales vertebrados está por encima del de los humanos; o que la esencia de la sociedad española ni se tenga en cuenta.
Sánchez ha conseguido lo que nadie antes había alcanzado: construir el gran puente, ingenio mundial de la arquitectura social, en el que un gran arco manipulador se sostiene sobre dos pilares profundos apalancados sobre la mentira y el engaño.
============o BOCATA (7473711)============