Editorial

El mercado laboral nos regala una tendencia positiva

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El pasado martes se conocieron los datos del paro en Ávila, los cuales, aunque siempre despiertan el lógico interés en la opinión pública, las administraciones y los agentes sociales y económicos, la crisis sanitaria que condiciona el mercado laboral y la economía desde marzo hacen aun más expectante el momento de su divulgación. En esta ocasión la estadística del SEPE alude al mes de julio y se perciben cambios importantes. En primer lugar, hay un aumento general de la contratación y una caída del desempleo respecto a junio del 7,85 por ciento en Ávila, un descenso del paro superior en cerca de dos puntos a la media de Castilla y León y en más de tres al promedio nacional. La caída en términos absolutos fue de 980 personas. Hasta ahí, la cara de la noticia; la cruz, y esta vez a contracorriente de lo que venía sucediendo en los últimos meses, la dibuja la comparativa interanual, al registrarse 1.528 desempleados más en relación a julio de 2019, lo que en términos porcentuales supone el 15,3%, por debajo, sin embargo, de los datos regional y nacional.

Como han destacado los empresarios abulenses, el dato de caída del desempleo en relación a junio es positivo y puede marcar una tendencia de recuperación, contexto espoleado por un incremento de los contratos en el sector servicios, que poco a poco recupera aliento en una provincia que, hoy por hoy, como publicó en su edición de ayer Diario de Ávila, se encuentra ‘limpia’ de rebrotes de la covid-19 y figura como el territorio de Castilla y León con menor riesgo actual de confinamiento. En cuanto a las afiliaciones, Ávila lidera el número de afiliados en el último mes, superando también la media de la comunidad autónoma y el país.

 Estos buenos datos se basan, sin embargo, en la temporalidad del sector servicios, lo que no deja de evidenciar una vez más la fragilidad de una estructura productiva y laboral demasiado sensible a coyunturas siempre potencialmente condicionadas por otras fuerzas ‘mayores’, en esta ocasión el coronavirus; en otras, cualquier tipo de anomalía climática; sectorial;tensión sociopolítica o delicuencial... etc. Así mismo, en cuanto a la calidad del empleo, éste sigue siendo precario, pues el porcentaje de contratos indefinidos no llega al 10%. Estos datos, además, y es justo reconocerlo, no recogen el efecto del sostenimiento del empleo que se está llevando a cabo gracias a los ERTE negociados entre sindicatos, empresas y gobierno, y que eleva la protección de las personas que, de otro modo, quedarían incluidas en el registro del desempleo, como han subrayado los sindicatos abulenses.

En definitiva, una tendencia positiva, sin olvidarnos de la cruda realidad de este 2020, en el que en los primeros siete meses se ha producido una caída de la contratación de un 30%.

La gran prueba de fuego se producirá en el otoño y ahí Ávila tiene su gran esperanza puesta en el desarrollo del Plan Territorial de Fomento.