Aurelio Martín

LA COLUMNA

Aurelio Martín

Periodista


Giro más a la derecha

05/07/2021

Los asesores del PP están convencidos de que su presidente, Pablo Casado, se tiene «comido» al centro, al hilo de los resultados obtenidos por la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, de los que se desprende que unos cien mil votantes del PSOE habrían depositado su papeleta a la candidata popular, aunque no sea del todo extrapolable a un mapa nacional. 
Las últimas reflexiones del líder conservador, interpretando a su manera la Guerra Civil, puede que le hayan ayudado a mostrar otra cara, desde luego nada centrada ni, por supuesto acertada, porque volver al pasado desde un partido con opciones de Gobierno, sin plantearse el futuro que viene cargado de problemas a resolver, solo alimenta viejas rencillas, divisiones entre ciudadanos y recuperar un debate antiguo que deberíamos considerar amortizado en beneficio de la convivencia.    
Casado se ha equivocado, es impropio de un líder de altura, y lo que es más grave, ha enterrado esa posición de centro necesaria para mantener un equilibrio, una oposición responsable, también crítica, pero con las miras puestas en alcanzar acuerdos en torno a los asuntos que más preocupan. Cs había sido la opción idónea, incluso se entendió por muchos votantes, pero se autodestruyó y actualmente solo quedan militantes que se acoplan para recibir una oferta de la derecha y así mantener sus cargos, ignorando que poco les pueden aportar y que, quizá, van a ser rechazados salvo casos contados, cuando no pagados con chiringuitos como el que acaba de abrirle Ayuso a Toni Cantó, crítico en su día contra este tipo de prebendas. ¡Maldita hemeroteca!  
Así nos encontramos, por un lado, con un PP dando volantazos que quería hacer guiños al centro, siendo especialmente duro con la ultraderecha en el debate de la moción de censura, a otro que se abraza con sus declaraciones a los correligionarios de Santiago Abascal, en quienes se apoyaría de ganar unas elecciones generales en minoría, lo que aún no está muy claro después de estas maniobras, pero es posible que ocurra, no hay que ignorarlo. 
El caso es que Pedro Sánchez también abandonó esa posición de centro izquierda al pactar con Podemos y gobernar con el apoyo de los nacionalistas, lo que provocó rechazo entre parte de sus filas y votantes, aún siendo legítimo porque se construye una mayoría parlamentaria, de la misma forma que los indultos, salvo que los tribunales digan lo contrario, han formado parte del orden constitucional y jurídico, sin que ello suponga que no puedan ser contestados desde el lado político, pero nunca haciéndonos retrotraer al pleistoceno cuando resolvían los problemas a palos.   
Aunque ahora pueda formar parte de la melancolía por la añoranza de tiempos pasados, se echa en falta que haya un diálogo entre los dos partidos mayoritarios que resolvieran, de una vez por todas, el bloqueo de la vida política y, lo más importante, dejará de envolver a todos en un ambiente de crispación que cala en los ciudadanos.