Francisco I. Pérez de Pablo

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Francisco I. Pérez de Pablo


Puteo a los abulenses

28/09/2021

Puteo, según el diccionario de la Real Academia, es la acción de putear. No he encontrado otra palabra mejor para evidenciar lo que de un tiempo –ya largo– a esta parte pasa a los abulenses. Desde hace un cuarto de siglo Ávila está pendiente de hacer realidad no ya un proyecto, sino un sueño que va camino de convertirse en un espejismo. Me refiero a la ansiada presencia fija de obras originales del Museo del Prado en el Palacio de los Águilas. 
No vislumbrando cercano el final de esta pesadilla ahora se ha anunciado para finales de este año que los abulenses y visitantes podrán contemplar al aire libre reproducciones fotográficas de 50 grandes obras de la pinacoteca nacional que se vienen mostrando en otras ciudades. Se están destinando miles de millones de euros para reconstruir y remodelar el palacio renacentista para lo que debería ser el Prado disperso o Prado itinerante. Visto lo visto para qué gastar más tiempo y dinero.
En la presentación de esta muestra la responsable de educación del citado Museo afirmó que siendo al aire libre es un proyecto muy adecuado en estos «tiempos inciertos…» Y que verdad es. Cabe recordar que el propio Prado ni siquiera se acordó de Ávila en su bicentenario. Después de algo más de veinticinco años viniendo el Prado a Ávila, ver entre diciembre y enero, a la intemperie invernal, fotos de cuadros que deberían estar bajo el techo del palacio abulense y que no parece sean antesala de novedades en el proyecto abulense y es que esa exposición a cielo abierto solo sirve para putear a una sociedad cansada. 
Se une a ese puteo generalizado lo que viene aconteciendo con el más que necesario abastecimiento de agua a la capital para solucionar los problemas de sequía más o menos intermitentes y sobre el que habiendo una solución definitiva, el actual equipo de gobierno municipal lo echó atrás, para, escudándose en una supuesta mesa de expertos, presentar tras año y medio en este otoño unas conclusiones que no diferirán mucho del plan Cogotas y a las que nadie quiere poner precio, ni plazos. Una pérdida innecesaria de un tiempo que no tiene una ciudad que quiere crecer, ni tampoco sus habitantes, máxime siendo todos conscientes de que las sequías volverán. 
Casi sin solución de continuidad y nada más reiniciada la actividad política surgen nuevas muestras de ese puteo generalizado. Ha sido en el primer pleno municipal –ordenanzas fiscales– tras el verano donde los concejales por mor de la decisión del Regidor continúan reuniéndose en la nube y mediante plasma (los abulenses –vacunados en su mayoría– acuden con normalidad desde hace meses a sus trabajos de manera presencial), donde a preguntas de la portavoz socialista sobre la intemporalidad de los escasos proyectos de la ciudad el Alcalde se permitió espetar con arrogancia y fanfarronamente «¿qué quiere qué diga, que va a ser en este siglo? Pues sí, no se preocupe, que en este siglo va a ser. Le estoy dando certeza». Pues eso, putear o como quieran llamarlo. 
De vuelta del verano a esta veterana columna, hemos entrado en un otoño que ciertamente va a ser más cálido de lo que estamos acostumbrados y no solo por los rescoldos del fuego que arrasó la Sierra de Ávila donde esperemos que las soluciones, que con diligencia se han anunciado, no den lugar a nuevos puteos.