Ignacio Fernández

Ignacio Fernández

Periodista


40 (y2)

09/03/2023

La nuestra es una comunidad de las que estallaron bajo los auspicios de aquel "libertad, amnistía, estatuto de autonomía". Eran efluvios de juventud. Ahora que el estatuto es cuarentón tiene que sentar la cabeza. Repensar la Comunidad. Poner en cuarentena los dogmas, convicciones y fundamentos en una destrucción creativa shumpeteriana. Y convengamos que para ello es crucial elaborar un catálogo de utilidades. Sin duda que el hecho de que la administración esté a la vuelta de la esquina es el principal activo del "haber". Pero en el "debe" está su tamaño. Castilla y León es una de las regiones más pequeñas de España y esa desventaja competitiva podría ser un caso de éxito si tuviéramos mayor riqueza. Pero por desgracia, España es un país de servicios y el sistema autonómico en ocasiones aporta más restas que sumas.

Intentar hacer alta política sobre organizaciones como la Junta de Castilla y León no siempre ha salido bien, porque los problemas que se gestionan son habas contadas y porque los choques ideológicos suelen desdibujar el auténtico sentido de practicidad que incumbe a la Institución, nacida para gestionar y cooperar y no para cabildear. 

Ahora que se cumplen 40 años de nuestra existencia como entidad política necesitamos un discurso común menos partidario y más integro, una actitud que propicie la reforma permanente a base de la evaluación de las debilidades y fortalezas (mejor sería si en las Cortes elaborasen nuestro DAFO en lugar de ésos debates deplorables en fondo y forma con los que somos castigados). 

En fin, aprovechar este aniversario redondo para, en lugar de discutir sobre símbolos pasados lo hagamos sobre el futuro. Y que el horizonte no sean los próximos cuatro años sino los próximos cuarenta. Y que sepamos que el futuro no es algo que llega sino algo que se crea. Y que si unos y otros solo pensamos en lo que nos conviene terminaremos por padecer lo que a todos nos perjudica.