Darío Juárez Calvo

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Darío Juárez Calvo


El cuento de la lechera en la casa de Tócame Roque

07/02/2021

Tristemente, el Covid no deja de dar muestras de ser el grinch que ha llegado al carnaval taurino para boicotear la fiesta del sistema y quitar de una en una las caretas al sector,  desenmascarando así las fugas silenciadas en forma de guerras internas que llevan subvirtiendo la identidad del espectáculo y empobreciendo el plano sociológico de la tauromaquia desde hace tiempo.
Raro es el día que no aparece en las redes una noticia contraproducente para el mundo del toro que le afecte de manera directa. Y la mayoría de esas veces, efectivamente, debido a una causa o cuestión interna. La palabra «unión» es el cuento de la lechera peor contado de la historia; el mantra taurino por excelencia. Una letanía más pedante que abusar de las palabras resiliencia y empatía, y que ha terminado por explotar en sus diferentes facciones, interesadas todas en llegar primero a la parte que dice aquello de «fueron felices y comieron perdices».
#LaCulturaNoSeCensura fue el lema que encabezó los denominados paseos taurinos o manifestaciones que se celebraron en un gran número de ciudades solicitando las prestaciones correspondientes de cada profesional. Dichos paseos taurinos congregaron a una cuantía numerosa de profesionales. Muchos de ellos fueron punta de lanza de esas manifestaciones pacíficas que se llevaron a cabo en voz de la libertad, de nuestra libertad, siendo los mismos que ahora recelan entre sí con tiranteces, con faltas a la palabra y al compañerismo, y hasta con acusaciones recíprocas y pleitos de por medio entre profesionales y presidentes, por presuntos abusos de poder. Dichos presidentes, bajo el amparo de la Asociación de Presidentes de Plazas de Toros de España ANPTE) y aprovechando la coyuntura contenciosa - administrativa en la que están inmersos con el reconocido letrado Joaquín Moeckel y su cliente Cayetano, también han decidido –por fin– poner el grito en el cielo enarbolando una campaña por la integridad de la Fiesta, tras la anulación el pasado mes de octubre de una multa por afeitado que impuso la Comunidad de Madrid a la ganadería de Miura en 2018. Mejor momento de calentón no iban a encontrar. Tarde, como acostumbra el taurino, pero necesario. 
Por otro lado, ASPROT ha hecho pública una carta abierta dirigida a la Fundación Toro de Lidia para instar a la misma a recibir una respuesta por su parte que argumente las razones que hubo para que se modificasen los carteles de la Gira de Reconstrucción; los porqués de no ser convocados a las comisiones de seguimiento semanales que refleja el Acuerdo Marco que firmaron entre ambas partes el pasado mes de septiembre y conocer el paradero del informe de ANOET con la contabilidad de los festejos, velando así por la transparencia que rige el Certificado Anticorrupción firmado por todos los acordantes. 
Si Bergamín fuera coetáneo de este tiempo jamás hubiera escrito La música callada del toreo. Aunque, pensándolo bien, todavía estamos a tiempo de ponerle banda sonora a la tauromaquia. Descartando a Rhodes, ya que su anglosajón tiquismiquismo naturista le prohibiría hasta pasarse por Casa Toribio a comer rabo de toro, pese a ser ya un español más por sus “contrastados méritos artísticos”, bien se podía hacer una dicotomía de gustos con varias opciones para ir cribando y dar con la sintonía idílica que represente a todos. Porque en la casa de Tócame Roque ya sólo nos queda bailar.