Carolina Ares

Escrito a tiza

Carolina Ares


Quiero escribir como la generación del 98

27/05/2023

Quiero escribir como la generación del 98 como respuesta al lenguaje soez que abunda en nuestros días, como búsqueda de la elegancia y belleza que parecen olvidadas, como principio vital por el que rechazo la constante violencia y enfrentamiento al que nos vemos sometidos miremos por donde miremos. 
Quiero escribir como la generación del 98 porque yo también me siento desencantada con la sociedad que me ha tocado vivir, para poder sobrevivir a los tiempos de crisis que imperan en nuestro días, no económica, que también, sino moral y social. Cada vez son más las personas que sufren, por distintos motivos y de diferentes maneras, pero somos incapaces de atajar este problema y parece que realmente no nos importa. Porque estamos perdiendo los valores humanos que hacen avanzar a la sociedad y sin ellos nos precipitamos al vacío, un vacío donde necesitaremos un lenguaje bello que nos rescate, unas reflexiones pausadas que, aún cargadas de pesimismo, puedan guiarnos de nuevo hacia la humanidad que subyace en nosotros y que es la clave de la regeneración social. 
Quiero escribir como la generación del 98 porque esta también es consecuencia de una revolución pedagógica, porque si sus autores, pese a sus gran variedad y sus distinciones, llegaron a conclusiones comunes y características representativas, fue por su relación con la Institución Libre de Enseñanza, que cambió los paradigmas pedagógicos y demostró la importancia de la educación y su funcionamiento al margen de la política y los planes de aprendizaje oficiales, como respuesta a los límites de la educación formal.
Quiero escribir como la generación del 98 porque además de belleza, en ella se desarrolló toda la cultura de su tiempo. Los valores filosóficos que se expandían por Europa llegaron de su mano a nuestro país, mientras que el impresionismo que surgía en París apareció en España en su lenguaje sencillo y sus frases cortas; en su predilección por el habla del pueblo y de la literatura hermosa que todos pueden comprender y por su interés en que aquellos que no sabían leer pudieran hacerlo.
Quiero escribir como la generación del 98 porque, pese a su pesimismo implícito, captaron la belleza castellana como nadie lo ha vuelto hacer: vieron en sus paisajes el rigor de la historia, la hermosura del vacío, la expresión del color. Porque comprendieron la tragedia de una tierra venida a menos que amparada en el pasado no evoluciona y se pierde por momentos, que encarna una nueva acepción de lo miserable y que, desde sus tiempos, no ha ido a mejor.  Revitalizaron el romance para hablar del amor que sentían por Castilla. Intentaron modernizarla sin perder su esencia, y en los lugares donde llevaron a cabo sus planes educativos aún se nota el valor de la cultura, pero también intentaron castellanizar el resto del país.
Quiero escribir como la generación del 98 porque, aunque al volver la vista atrás se vea la senda que nunca se ha de volver a pisar, todo se repite y siempre recorremos la misma ruta. Por ello, para los tiempos de crisis, necesitamos un espacio seguro para la expresión y la reflexión que pueda volver a llevarnos al camino que se hace al andar. Ese lugar ha sido siempre el arte y la cultura, pero hasta estos a veces parecen afectados por la crisis de nuestros días. ¡Oh, angustia! Pesa y duele el corazón… Quiero escribir como la generación del 98 para dar salida a la frustración que supone la realidad que nos ha tocado vivir.