Gonzalo M. González de Vega y Pomar

En mi azotea

Gonzalo M. González de Vega y Pomar


¡Qué facil y barato es “cortar trajes”!

07/01/2021

Con la llegada ayer de los Reyes Magos para dejar sus regalos en numerosos hogares de nuestra provincia, en otros lo hizo Papá Noel el día de Navidad, han terminado unas fiestas navideñas -del Solsticio de invierno las prefieren llamar algunos- vividas, por culpa del Covid19, de manera totalmente distinta a las de años anteriores y esperemos que a las próximas. En miles de casas debido al fallecimiento de uno o varios de sus miembros víctimas del virus, en otras por estar pendientes del familiar ingresado en un hospital o tener uno o varios confinados en el propio domicilio y en muchos más hogares por no poder juntarse todos sus miembros, como acostumbrábamos, a consecuencia de las restrictivas y diferentes medidas dictadas por los diecisiete gobiernos autonómicos para con ellas poder evitar más contagios. Estas limitaciones seguro han esquivado las a veces “tanganas” que se pudieran originar en el núcleo familiar, generalmente cuando se entraba en temas futbolísticos o políticos al no ser todos aficionados de un mismo equipo o defensores de la misma ideología. 
Siento el chasco que se ha podido llevar el líder de Unidas Podemos y vicepresidente del Gobierno por no conseguir que, después del mensaje del Rey Felipe VI en Nochebuena, se hiciera realidad su pronóstico  que “en todas las casas españolas se abrirá el debate sobre la Monarquia o la República. Es algo normal, dadas las circunstancias”. Tan “normal” que, de lejos, la Casa Real inquieta a los españoles. Según el ultimo barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) solo un 0,3 por ciento de los ciudadanos marcan la casilla de Monarquia como principal preocupación y de los cuarenta y cuatro problemas que se reflejan, la Casa Real aparece en el puesto 35.
Quienes están en ese mínimo porcentaje son los que continuamente lanzan ataques y ofensivas a la Corona con el único deseo desaparezca y en España volvamos a tener un sistema de gobierno republicano, que muchos no hemos conocido. Detractores no únicamente de la clase política y algunos dentro del Gobierno. A ellos se han sumado veladamente varios Medios informativos. Otro, aprovechando sus programas de “vísceras”, cuenta con colaboradores que no cesan de acosar casi diariamente a los miembros de la Familia Real y a familiares del Rey Felipe VI presentándolos como lo peor que existe y ofreciendo una imagen distorsionada y no verdadera de ellos. El objetivo que ahora está de moda, se consiente y alienta desde la dirección de su cadena es poder cargarse la Monarquia por lo que actúan con ella de la misma manera que con aquellos famosos a los que pretenden hundir. 
Creyéndose en la posesión de la verdad y recogiendo testimonios de individuos que dicen ser cercanos a las personas que “destripan” - cuando muchos solo les conocen de verles en la tele o un día por la calle- dedican horas y horas a inventarse, en la mayoría de las veces, lo peor de ellos para intentar hundirles. Les da igual que luego sean llevados a los tribunales y les condenen económicamente. Los ingresos por la publicidad que incluyen esos programas, vistos por muchos espectadores pero no todos de acuerdo con lo que sueltan por sus bocas, compensan la cuantía de la multa que se les pueda imponer.
Esto les hace más “valientes” y se enorgullecen de seguir echando porquería. No solo sobre el Rey Juan Carlos, que puede haber cometido irregularidades -es humano- pero aún no tiene abierta causa alguna con la Justicia. Su labor, dedicación y esfuerzo a, por y para España durante casi cuarenta años de reinado, destacadas en todo el mundo, quieren borrarlas de nuestra memoria e historia y que solo nos queden la cacería de Botsuana, donde se fracturó la cadera y pidió perdón, sus presuntas amantes, la estancia en Emiratos Árabes Unidos y otras barbaridades que dicen de su vida personal y familiar, sin comprobación alguna que sea verdad.
Ahora el centro de la diana es la Reina Sofia tras la publicación del libro de una periodista, obsesionada negativamente con la Monarquia española, a la que llevan a esos programas para promocionar su venta. Nos presenta a Doña Sofía como lo peor del universo. Dice que es egoísta, compulsiva, altanera, ultraconservadora, distante, no ha sabido crear hogar, no se ha ocupado de sus hijos, siente una profunda aversión por los españoles y nuestras costumbres y su única ambición es ser reina eterna. Antes consorte y ahora reina madre.
Creo, por lo que conozco a la Familia Real tras varios años trabajando cerca de ella, que esto que dice no es real o con la que me relacioné tiene doble vida. Estoy seguro que no. Siempre la he visto como cualquier familia aunque fuera la del jefe del Estado. También me llama la atención que escriba -y otros voceen alegremente- conversaciones privadas y hasta las discusiones que, dice, tenían, incluso, con lanzamiento mutuo de objetos. ¿Ella o alguien estaba presente? ¿Que “pajarito” testigo se lo ha contado? No y nadie, pero su único interés es hacer daño a la Monarquia con esas invenciones, tener audiencia y vender libros.
¡Qué facil y barato es “cortar trajes”!