Gerardo L. Martín González

El cimorro

Gerardo L. Martín González


Diálogo a la sombra, paseando

09/08/2020

¿Que? ¿nos damos un paseíto, que a esta hora ya da gusto, y mas si corre un poquito el aire?  Como quieras, Pepe. Hay que estirar las piernas, pues si no, se nos van a quedar dormidas y anquilosadas como si fuéramos unos viejos. Bueno, yo ya tengo mis añitos ¿me consideras viejo? 
Pues no lo sé ¿Cuándo se empieza a ser viejo? Don Gregorio Marañón, médico y muchas cosas mas, uno de los mayores intelectuales en la España del siglo XX, uno mas de los olvidados, tiene muchas frases célebres, de esas que sentencian, frases suyas o atribuidas; entre estas decía: un hombre tiene la edad que tengan sus arterias, es decir, que puedes ser un viejo con cuarenta años si tu corazón y tus arterias no están bien. Estoy de acuerdo, Pepe; lo importante, como decía mi abuela, lo importante es tener la cabeza bien, tener un espíritu joven. Aunque siendo realistas, los años no perdonan y quieras o no, te pasan factura y eso se nota. Esto de las edades, joven, viejo, tercera edad, carroza y mas cosas, no tienen una línea clara que a un lado eres una cosa y al otro lado ya eres otra cosa. Solo los políticos parecen ser que si lo ven clarísimo; a los sesenta y cinco años te jubilan, ya no sirves para nada, y entras en el grupo de la tercera edad.  Dejémoslo, pues no vamos a llegar a ponernos de acuerdo. Mira a los que se jubilan con cincuenta años, que pienso que lo quieren es dejar de trabajar, cobrar una pensión, y a vivir que son tres días; y no son viejos. Anda, suéltame otra frase de Marañón. Pues mira, me acuerdo de una que es una crítica a la democracia, por lo menos yo así lo veo, que dice: El número puede crear la autoridad, pero no la competencia. ¿Te has dado cuenta que solo manda el número, ser mas que los otros? 
Pues mira, puede ser cierto; pero ¿cómo se mide la competencia? Se va a las soluciones fáciles, porque lo otro sería casi perfecto. Estoy pensando en nuestra querida Ávila; somos pocos, pesamos poco en la política, aunque aquí surjan los líderes, que poco se nota; y así nos va. Todo para Madrid, para Barcelona, para Valladolid, y para nosotros las migajas. Recuerdo cuando sufríamos una de esas sequias crónicas que padecemos de vez en cuando, casi sin agua para lo mas elemental, mientras tanto veías como regaban generosamente los jardines en Madrid y baldeaban las calles por la noche, y me decían, es que allí no puede faltar el agua, pues son muchos y una restricción podía causar levantamientos graves de la población. A Madrid se lleva el agua desde donde sea, aunque esté muy lejos y muy difícil, como los romanos; fíjate que llegaron a pensar en llevarse el agua de la laguna grande de Gredos Pepe. 
Me haces sentir pesimista ¿es que Ávila no tiene solución para nada? ¿Es por su tamaño? ¿Es que no hay nadie que ponga sobre la mesa lo que hay que poner? ¿Es que faltan ideas? Te voy a poner otro ejemplo: la sucursal del Museo del Prado. Cuando surgió esta idea in illo témpore, con mucho voluntarismo de los políticos de entonces, que te la vendieron como la panacea a muchos males de forma secundaria, iba a venir mas gente, no se a que gente se referirían, iba a crecer el comercio, y así, el nivel de vida; pues se ha ido enfriando hasta casi congelarse, quedando como mucho, como un renovado museo provincial, que ya veremos si culmina así, o esos edificios quedan para reuniones sindicales. O las cosas se hacen rápidas o viene otro señor que piensa distinto, y de lo que dije no me acuerdo; se lo piensa dos veces y se pregunta ¿un museo del Prado en Ávila? No se saca ni para el servicio de limpieza. 
Cuidado que eres pesimista. Las cosas no se hacen para que sean rentables, sino como un servicio. Me parece que tú estás en las nubes. Hoy prima la rentabilidad; si una cosa no cubre gastos, se elimina y punto. Fíjate en el servicio ferroviario ¿he dicho servicio? es broma; si no es rentable, se suprime o bajan la calidad a lo mínimo. Venga, todo para el AVE, hasta billetes gratis o con enormes descuentos, que a nosotros por supuesto, no nos hacen, ni nos compensan si tarda más de lo debido; y así hasta que te aburras, y te metas en la carretera a darte un leñazo; y como ya no hay viajeros, ¿para qué quieren un tren? Se elimina, y a otra cosa, mariposa. 
Pepe, háblame de algo mas bonito, pues si no me doy la vuelta, y me voy a casa. Esta bien. Démonos la vuelta, a ver si el viento sopla a favor. ¡fíjate que bonita está la muralla iluminada! ¡fíjate en el perfil de la ciudad, que es precioso! ¿No ves volar por encima el espíritu de santa Teresa? ¿No oyes un sonido como si fuera el canto de Tomas Luis de Victoria? ¿No te imaginas al rey niño asomado al adarve? ¿No sientes pasar a los vencejos y sus chillidos agudos, hasta sus refugios en la muralla? ¿No te penetra hasta el fondo del alma el tañido de las campanas de los conventos? ¿No te dejas acariciar por esta brisa tan fresquita, envidia de muchos? _Definitivamente Pepe. Eres un plasta, y me voy a casa. Hasta mañana.