Hace un año, por Twitter corrían ríos de tinta aficionada y critica, que se sentía insultada por la empresa de la Monumental de Las Ventas ante su impasible e imperante silencio que dejó todo el 2020 y una gran parte de 2021 sin toros al principal ruedo de la capital, moviendo los esquemas de aficionados que vieron a dos pasos la muerte de su plaza -la única- de temporada. 
Las sospechas infundadas sobre el desamparo al abonado y a la propia plaza de un mal trabajo de sus gestores, venían acompañadas de la muda complicidad del Centro de Asuntos Taurinos de la Comunidad de Madrid y del propio órgano institucional en sí con su consentimiento a la violación del pliego, o, en su defecto, a la no publicación oficial de la excepcionalidad del mismo a causa de la pandemia. Entró la primavera y en Madrid sólo había toros en Vistalegre. Matilla quiso inventarse un pseudo San Isidro que resultó fatal para su cartera pero genial en cuanto a resultado artístico se refiere. El festival del 2 de mayo que puso la CAM como fecha de vuelta y la corrida de Victoriano del Río del 4 de julio, no valieron para tener tranquila y calladita a la afición poniendo a cuatro meses vista el siguiente escenario con «una Feria de Otoño histórica», como así la vendieron empresa y Comunidad. 
No sé si histórica, sinceramente no lo creo, pero sí destacada y llena de matices, además de ver salir a hombros a dos toreros con dos tardes superlativas a sus espaldas, a dos toreros que se metieron de nuevo a Madrid en el bolsillo, como son Emilio de Justo y Ginés Marín. 
Días después, la Comunidad de Madrid anunciaba de manera sorpresiva la vuelta de los toros a los corrales del Batán para la próxima temporada, incluyendo a la escuela taurina de Madrid a sus instalaciones originales del complejo de la Casa de Campo, además del regreso de la tradición perdida del azulejo al toro más bravo de San Isidro en el patio de mayorales. No quedaba ahí la cosa cuando Rafael García Garrido, empresario de la plaza de Las Ventas, días después a la oficialidad de la CAM sobre la vuelta de la actividad taurina al Batán, publicaba de manera directa y clara en los micrófonos de la cadena SER el regreso de los toros a la Monumental el próximo 27 de marzo, como la fecha exacta y milimétrica de San Isidro 2022, que irá del 8 de mayo al 5 de junio. 
Da la sensación de tener todo atado por empresa y Comunidad para responder con criterio y al unísono a las exigencias críticas y lógicas que se vertieron sobre ellos por parte del aficionado cuando en el último año reinaba la ley del silencio en Alcalá 237 y en el seno del gobierno de la Puerta del Sol. Todo está dicho pero todo está por ver. 
Madrid, ¿capital mundial definitivamente del toro y del toreo?